El Día de San Fermín, celebrado el 7 de julio en la ciudad de Pamplona, España, es famoso en todo el mundo gracias a los encierros y a la energía desbordante que caracteriza esta festividad. Sin embargo, detrás de los toros y la fiesta hay una serie de curiosidades que hacen de este evento algo único y digno de explorar.


El origen legendario de San Fermín
La fiesta de San Fermín tiene sus raíces en la veneración a este santo y patrón de Navarra. Según la tradición, Fermín fue decapitado en el siglo III por profesar el cristianismo.
Los Sanfermines se convirtieron en una forma de honrar su martirio y se celebraron inicialmente con misas y procesiones religiosas.
¡A correr! Los encierros de San Fermín
Los encierros son, sin duda, una de las características más emblemáticas de la fiesta de San Fermín. Cada mañana, durante nueve días consecutivos, valientes corredores se enfrentan a los toros en un recorrido de aproximadamente 825 metros desde los corrales hasta la plaza de toros.
Este emocionante evento tiene sus orígenes en la necesidad de llevar a los toros desde las afueras de la ciudad hasta la plaza.
El traje blanco y el pañuelo rojo
Durante los Sanfermines, es común ver a los participantes vistiendo un traje blanco con una faja roja en la cintura y un pañuelo rojo anudado al cuello.
Este atuendo es conocido como «vestimenta sanferminera» y se ha convertido en un símbolo distintivo de la fiesta. Se cree que el traje blanco representa la pureza y el pañuelo rojo, el espíritu festivo y la pasión.


Los gigantes y cabezudos
Otra peculiaridad de los Sanfermines son los desfiles de gigantes y cabezudos. Estas figuras gigantes, hechas de madera y cartón, representan personajes históricos y populares de Pamplona y sus alrededores.
Los cabezudos, por su parte, son figuras con grandes cabezas de cartón-piedra que interactúan con el público al perseguirlos juguetonamente por las calles.
El chupinazo y el cohete que marca el inicio
El comienzo oficial de los Sanfermines se marca con el chupinazo, un cohete que se lanza desde el balcón del Ayuntamiento de Pamplona.
Este evento tiene lugar el 6 de julio a las 12 del mediodía y anuncia el inicio de la fiesta.
Miles de personas se congregan en la Plaza Consistorial para presenciar este momento emocionante y dar inicio a nueve días de diversión sin límites.
Los gigantes saltadores y la Plaza del Castillo
En la Plaza del Castillo, uno de los puntos neurálgicos de la fiesta, se congregan los famosos gigantes saltadores.
Estas figuras representan a personajes históricos y mitológicos y danzan al son de la música tradicional mientras realizan acrobacias y saltos. Es un espectáculo que atrae tanto a locales como a turistas, creando un ambiente mágico en el corazón de la ciudad.
El Día de San Fermín es mucho más que los encierros y los toros. Es una fiesta que evoca la tradición, la pasión y la alegría de una ciudad entera.
Los Sanfermines son un legado cultural que perdura en el tiempo, manteniendo viva una tradición que emociona y fascina a personas de todo el mundo.
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