Actualmente, se dice que una persona de edad avanzada pasa a ser persona mayor cuando se convierte en dependiente. Una situación de dependencia puede ser temporal o permanente. En ambos casos, se necesita ayuda de terceras personas que suelen ser familiares, para poder desempeñar las AVDs (actividades de la vida diaria).
Pero en ocasiones y por distintos motivos, esas “terceras personas” no pueden atender debidamente la nueva situación de dependencia. Quizá sea hora de buscar ayuda.
Las residencias de personas mayores han evolucionado mucho en los últimos 50 años.
Ya no son esos asilos de viejos donde se “almacenaba” a nuestros abuelos en espera de que les llegara su hora. Hoy en día, en la mayoría de las residencias, se les brinda una atención que dista mucho de la que se ofrecía antaño. Entonces, ¿cuál es la mejor opción?
Desde mi experiencia de más de 10 años como fisioterapeuta y terapeuta ocupacional en distintas residencias y centros de día, puedo decir que Ballesol es una de las mejores opciones que existen.
BALLESOL BILBAO,A LA VANGUARDIA
En concreto y sólo atendiendo al campo de la rehabilitación, no conozco mejor opción. No sólo por la calidad profesional y humana de los trabajadores, sino porque en Ballesol, encuentras el apoyo técnico necesario para poder desempeñar tu trabajo de forma más eficiente como por ejemplo aparatología en electromedicina como láser, ultrasonidos y magnetoterapia. Y eso, es una de las cosas por las que Ballesol destaca del resto de residencias.
Y sin olvidar en la reducción del tiempo que el residente necesita para volver a la situación previa o anterior de su patología. En Ballesol Bilbao, por ejemplo, desde que abrió sus puertas en Julio del 2019, han pasado alrededor de un centenar de pacientes de forma temporal, de los cuales el 40% han sido dados de alta por mejoría funcional gracias a la aplicación de tratamientos impartidas por su Fisioterapeuta.
Cuando el residente entra en una de las residencias Ballesol, existe un interés y una vocación de servicio encomiable por parte de los profesionales sanitarios para ofrecer la mejor atención posible y siempre centrada en la persona. De esta forma, se realiza una evaluación multidisciplinar, geriátrica y funcional para poder encuadrar los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de cada residente.
En Ballesol, se distinguen dos grandes grupos de residentes atendiendo al grado de dependencia. Pueden ser válidos o asistidos. También se pueden clasificar según la temporalidad, esto es, residentes permanentes que acuden a la residencia para convertirla en su hogar y los que acuden de forma temporal por distintos motivos, entre los que se encuentra la Fisioterapia y su Rehabilitación.
Estos últimos han entrado en un estado de dependencia temporal y nuestro objetivo es que recuperen su autonomía para que puedan regresar a su domicilio tras haber conseguido el mayor grado de autonomía posible.
Desde el Departamento de Fisioterapia, se evalúan todos los aspectos que competen a esta disciplina, como por ejemplo los balances articulares y musculares o el sentido de la marcha y equilibrio entre otros. Esta valoración junto con las pruebas hechas por el resto de departamentos, permite hacernos una idea exacta de cómo debemos abordar el tratamiento del residente.
Tras esta evaluación y después de recabar datos del resto de departamentos, estaremos en condiciones de decidir qué tipo de tratamiento es el adecuado para nuestro residente, el cual se puede englobar en dos grandes grupos (aunque en ocasiones actuemos fuera de ellos) que son el preventivo o de mantenimiento y el rehabilitador.
Mientras que en el primero los objetivos son mantener y/o mejorar las capacidades físicas con las que ingresa el residente, en el segundo se centran en recuperar el mayor grado de la autonomía perdida tras un proceso como puede ser un ICTUS, una fractura o un largo período de inactividad.
La persona mayor se caracteriza por una pluripatología que no se suele encontrar en personas más jóvenes, como por ejemplo un deterioro cognitivo severo sumado a una patología cardiaca o pulmonar, lo que supone una dificultad añadida para que el tratamiento rehabilitador llegue a buen término.
Así, a la hora de marcar los objetivos, hay que ser realistas y cautos y plantear metas que se puedan conseguir y no las que nos gustaría a nosotros, a los familiares o al propio residente.
La Fisioterapia Preventiva o de mantenimiento está dirigida a nuestros residentes más válidos, esto es, personas con un riesgo bajo o medio/bajo de caída, con movimientos articulares completos y fuerza muscular máxima o submáxima conservada, sin dolor y colaboradores con los ejercicios propuestos. En definitiva, está destinada a los mayores con un alto grado de autonomía y que no son susceptibles de un tratamiento específico de Fisioterapia.
El único objetivo será el de mantener y mejorar dentro de sus capacidades esa independencia y estado físico con el que ingresaron en nuestros centros, para intentar retrasar lo más posible ese deterioro físico que avanza imparable con el paso del tiempo. De esta forma se le propone un tratamiento personalizado de ejercicios globales que ejecutarán bajo nuestra supervisión. Estos ejercicios irán encaminados a la mejora y/o mantenimiento del sistema musculoesquelético, la capacidad para la marcha y el sentido del equilibrio junto con todos los beneficios que se producen a nivel multisistema u orgánicos como el respiratorio y el cardiaco.
La Fisioterapia Rehabilitadora está encaminada a recuperar la autonomía perdida. Ya se trate de un residente temporal o permanente, nuestra actuación irá encaminada a recuperar las funciones perdidas. Existen dos grandes grupos de patologías con las que nos tenemos que enfrentar a diario: las de origen neurológico, entre las que cabe destacar las secuelas tras ICTUS, y las de origen traumático o degenerativo en las que las que las fracturas de cadera (por caída u osteoporosis) y las artroplastias de rodilla (por artrosis) prevalecen sobre el resto. Otra actuación muy común es la rehabilitación para vencer un síndrome de inmovilismo que aparece tras un largo periodo de encamamiento u hospitalización.
Como decíamos antes, en Ballesol contamos con medios técnicos que en la mayoría de residencias ni se plantean tener, como, por ejemplo, la magnetoterapia que es una herramienta muy eficaz que nos permite reducir a menos de la mitad el tiempo de consolidación de las fracturas. O el láser con el que podemos ayudar al departamento de enfermería a cerrar las UPPs (úlceras por presión).
El US (ultrasonido) y el microondas son grandes recursos a la hora de tratar cualquier patología que curse con dolor e inflamación. Y la presoterapia que nos permite ayudar a los fármacos a mejorar el drenaje y sistema circulatorio sobre todo de miembros inferiores. Todos estos aparatos suponen para los Fisioterapeutas una ayuda indispensable a la hora de tratar muchas patologías, lo que convierte a Ballesol en la mejor opción a la hora de rehabilitar a nuestros mayores.