La imaginación no sabe de fechas y nunca se va de vacaciones. Con esta afirmación una de las residentes de Ballesol Cerrado Calderón que ha participado en los talleres de abanicos pintados a mano, se dirigía a los curiosos que preguntaban por la afluencia de residentes y pinturas.
El éxito de la convocatoria acabó en un concurso en el que los familiares premiaron la originalidad y elegancia del abanico. Aunque todos recibieron aplausos, el abanico de lunares verdes de Dª. Juana Valdivia, se llevó el primer premio.