Cada año la imaginación de los residentes de Ballesol Almogávares se supera cuando llega el Carnaval. Esta vez decidieron prescindir de antifazes, plumas y pelucas y poner la originalidad en el disfraz, “en darle una vuelta a la historia”, explicaron dos residentes que iban ataviados con ropas medievales, con escudos y espadas, y que se apresuraron a detallar que cada objeto estaba “hecho a mano por nosotros mismos”, utilizando bolsas de basura, recortando cartones que simulaban espadas, castillos de papel… Y es que si cuando los residentes se proponen ser los protagonistas, “lo son desde el principio”, eso dijeron los que contemplaron desde la primera fila la entretenida puesta en escena.