Desde tiempos ancestrales, los monjes budistas juegan al “Carrom”, más conocido como billar hindú, un juego muy sencillo e inspirado por el zen que consiste en introducir unas fichas en los agujeros del tablero mediante un tiro con otra ficha de mayor tamaño.
En Ballesol Mirasierra ya está haciendo las delicias de los residentes, “toda una prueba de habilidad, estrategia y buen humor”, reconocen los jugadores que se han sentado alrededor de este juego y que ya piensan en disfrutarlo con otros residentes y familiares.