EN BALLESOL
Cada vez es mayor el número de personas con más de 65 años, esto implica que la esperanza de vida en nuestra sociedad sea superior, lo que provoca una mayor demanda de personas mayores que quieren vivir en centros residenciales y asistenciales para la tercera edad.
Esta circunstancia genera la obligación de realizar protocolos por parte de los departamentos correspondientes de fisioterapia para intentar que las actividades de la vida diaria (AVD) sean las óptimas posibles en esta etapa de la vida. No obstante, también se observa, en concreto en los centros BALLESOL, el aumento de ingresos de personas mayores de forma temporal. Muchas de
estas solicitudes de ingreso vienen recomendadas por los propios hospitales y centros de salud, según explica D. Francisco J. Paz, Jefe del Departamento de Fisioterapia del centro BALLESOL de Principe de Vergara de Madrid: “Se observa que dentro de la fisioterapia, el ejercicio activo suave y dirigido, no solamente beneficia al residente en el aspecto físico y funcional, sino también en el aspecto psíquico y cognoscitivo”.
También se aprecia que la sensación subjetiva de bienestar en elresidente es mayor entre el grupo que acude a fisioterapia a diario (o, al menos, dos veces por semana) y realiza ejercicios de mantenimiento o específicos, sin agotamiento muscular. Los residentes que se ejercitan refieren menor dolor o molestias que el resto de residentes, y ven mejorada su capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria con menos esfuerzo. La evaluación geriátrica en los Centros Ballesol incluye necesariamente la evaluación de la capacidad funcional del residente y se puede aplicar en cualquier grado de salud. Esta evaluación inicial permite enfocar los aspectos biológicos, psicológicos y sociales, además de hacer posible la observación sistemática del proceso terapéutico y su resultado, con el objetivo de impedir (o al menos retardar) la aparición de incapacidades, y posibilita el poder programar el plan de atención de fisioterapia, explica el Jefe del Departamento de Fisioterapia de BALLESOL de Principe de Vergara de Madrid.
Se observa que dentro de la fisioterapia el ejercicio activo suave y dirigido, no solamente beneficia al residente en el aspecto físico y funcional, sino también en el aspecto psíquico y cognoscitivo
En el proceso de evaluación de la persona mayor que acude a los servicios de fisioterapia de los Centros BALLESOL, es fundamental identificar sus problemas en términos funcionales.
Dichos problemas tendrán que definirse esencialmente en relación con las actividades exigidas por el ambiente, pero que el residente se ve imposibilitado para realizarlas, o bien teniendo en cuenta la discrepancia entre lo que el residente quiere hacer y lo que puede hacer. Una segunda etapa (intermedia), que es también esencial en el proceso de evaluación: consiste en identificar los mecanismos causantes del problema, para poder establecer cuál es la terapia o la estrategia más adecuada.
Entre esos mecanismos podrían incluirse cambios patológicos y se debe precisar un diagnóstico fisioterápico completo, y formularse un pronóstico u objetivos a corto, medio y largo plazo, para poder preparar un plan de atención. En la práctica, para una evaluación funcional es necesario estudiar no sólo las actividades de la vida diaria, sino también el estado mental y físico, así como las condiciones socioeconómicas y ambientales, aunque la rehabilitación centra la atención en la capacidad funcional de la persona.
En dicho proceso de evaluación no basta con estudiar aspectos aislados, sino que es necesario tener en cuenta al residente en su totalidad, como también su sistema de apoyo.
En una tercera etapa (evaluación exhaustiva), el residente es evaluado muy detenidamente, teniendo en cuenta los problemas de salud y las discapacidades detectadas en el nivel intermedio.
Procedimientos
Para medir la capacidad funcional se han creado instrumentos que, de una manera u otra, intentan medir la funcionalidad del individuo.
Dentro de las actividades básicas de la vida diaria tenemos:
- Bañarse, vestirse, ir al servicio, levantarse, continencia, comer…
Dentro de las actividades de la vida diaria instrumentadas tenemos:
- Uso del teléfono, salir a la calle, higiene, transporte, manejo de medicamentos, administración de dinero…
Las actividades básicas de la vida diaria son los indicadores sobre los que se miden los niveles más elementales de la función física. La alteración de estas funciones se produce de forma ordenada e inversa a su adquisición durante la infancia y presuponen un deterioro importante.
Los residentes precisan un mayor grado de independencia para las actividades de la vida diaria instrumentadas, son más útiles para detectar los primeros grados de deterioro de una persona.
Sobre la base de la dependencia o no para realizar las actividades de la vida diaria básica e instrumentadas, el residente quedará enmarcado en uno de los niveles de funcionabilidad.
- Nivel 1
Lo mantiene incapacitado para realizar las actividades básicas de la vida diaria. - Nivel 2
Lo limita o pudiera limitarlo en las actividades básicas de la vida diaria. - Nivel 3
Sin repercusión
Calificación del índice de independencia de las actividades de la vida diaria instrumentadas. Este test se aplicará con fines clasificatorios sólo a las personas que obtuvieron previamente un nivel funcional 2 ó 3. El objetivo general para el fisioterapeuta dentro de la rehabilitación del residente es claro: conseguir un estado de salud en las tres dimensiones:
- Físico: tratamiento en la capacidad física.
- Psíquico: inquietudes, motivación a la terapia.
- Social: posibilidad de relaciones sociales (movilidad, comunicación, motivación ante otras personas).
Objetivos de la Fisioterapia
Objetivos generales:
Retraso del deterioro fisiológico. Búsqueda de motivación y colaboración del paciente. Conseguir el mayor grado de independencia en las actividades cotidianas (lavarse, peinarse, bajar escaleras) y funcionalidad, así como la integración social en su medio. Evitar los ingresos hospitalarios y otras alternativas más traumáticas para el residente.
Objetivos específicos:
- Prevenir las deformidades (postura «senil» – «encorvado») y el dolor derivado de ello.
- Evitar en la medida de lo posible la debilidad muscular así como la temida osteoporosis o actitudes sedentarias.
- Mantener las articulaciones en buen estado.
- Mantener la máxima resistencia y fuerza muscular para ejercicios razonables para la edad y estado del residente.
- Prevención y tratamiento de las alteraciones de los diferentes sistemas:
– Digestivo: estreñimiento, etc.
– Circulatorio: disminuir frecuencia cardíaca, disminuir tensión arterial.
– Respiratorio: mejorar capacidad respiratoria.
– Genitourinario: tratar la incontinencia urinaria.
– Otros: sensibilidad, intelecto, sueño.
“Gracias a la rehabilitación y a la fisioterapia aplicada, se consiguen mejoras tales como, por ejemplo, que el paciente consigua realizar actividades cotidianas con mayor independencia, mejore del equilibrio y la coordinación, disminuya el temblor al moverse y presente menos dificultades a la hora de comenzar a caminar”, asegura el Jefe del Departamento de Fisioterapia de BALLESOL de Principe de Vergara. «Su motivación y estado anímico es mejor pues se ve más capacitado para valerse por sí mismo. Sabe cómo realizar cada ejercicio y es conocedor de la importancia de éstos. En definitiva, mayor calidad de vida.«