Sentado y elegantemente vestido con una camisa de cuadros, D. Tomás fue recibiendo la felicitación de familiares, trabajadores y residentes que quisieron compartir sus 100 años. La vida a los cien años la contempla con ilusión y mucho, mucho ánimo, advierten los trabajadores de Ballesol Parquesol.
Allí también estuvieron nietos y biznietos, que asistieron orgullosos ante la admiración y cariño que fueron comprobando entre cánticos y besos. Con la llegada de la tarta creció la expectación y también la emoción de D. Tomás que no pudo reprimir su felicidad y nervios ante la calurosa acogida que tuvo su cumpleaños. “A todos, muchas gracias por vuestras felicitaciones y muestras de cariño”, agradeció uno de los familiares antes de seguir celebrando este centenario tan familiar.