Dª. Carmen Torrecilla y Dª. Rosario Arauco son dos residentes de Ballesol San Juan que conocían muy bien a Odi, mucho más que un Yorkshire para ellas y toda la familia de este centro. La llegada de Odi a Ballesol San Juan contribuyó a desarrollar un proyecto del departamento de terapia en el que “se trabajaba con residentes con deterioro cognitivo”, comenta Paula Blanco, terapeuta ocupacional en este centro residencial. El homenaje que todos han querido rendir a Odi, está situado en un rincón del parque de perros, y dice: “un pequeño rincón donde recordar a aquellos angelitos de cuatro patas que ya se fueron, que tanto quisimos y que tanto nos dieron. Si tú también tienes un amigo peludo al que querer honrar… pon una cinta”. Y minutos después el árbol más majestuoso de este parque muy próximo a la residencia, se cubrió de cintas de colores con agradecimientos y buenos deseos. Gracias, Odi.