El hilo y la aguja pasaban por las ágiles manos de varias residentes que se apresuraban a “bordar” el inicio de la feria de Abril con unos pañuelos de lunares. “Ya las podemos repartir junto a los claveles”.
El salón de la residencia de Ballesol Olavide ya estaba engalanado con farolillos de colores y el brillo de un improvisado tablao flamenco que empezó a llenarse de estrellas, sevillanas y mucho ritmo.
El espectáculo de un grupo rociero animó a todos los asistentes que se arrancaron en aplausos para admirar las sevillanas y rumbas en una feria de abril que ya es una tradición en las fiestas de Ballesol Olavide.