De: María de la Flor Ortega Escribano.
Cuando llega el momento de poner en manos de desconocidos a tu ser más querido, aunque sepas que es necesario porque ya no puedes cubrir sus necesidades, ni de atenderla como merece, todo tu ser, lucha con los sentimientos que no cesan de mortificarte. Sentimiento de culpa por lo que te parece abandono, falta de fuerza física, rabia por la enfermedad y la vejez que hace estragos en el cuerpo de tu madre… Sientes que podías haber encontrado otra solución más apropiada para sus últimos días de vida. Pero ,¡qué gran fortuna hallé en Ballesol!
Directora, supervisoras, recepcionistas, doctora, enfermeras, auxiliares, camareras, psicóloga, personal de cocina y de mantenimiento, etc. Todo un equipo de profesionales dedicados a dar el mejor servicio a mi madre y no sólamente a atender sus necesidades físicas, sino también dando mucha entrega de cariño.
Era tan bonito ver a mi madre tan bien aseada, tan bien comida, esas buenas curas en sus pupas, esas salidas de los jueves, las actividades de ocio y diversión, el bingo, la gimnasia, el vasito de agua, la bromita de los auxiliares, el besito al pasar por su lado… Gracias les doy, por haber dejado que yo lo viera y lo disfrutara con ella.
Mis hermanos y yo sólo tenemos elogios y agradecimientos por la labor realizada por este Centro y que no me vengan con la frase hecha de «es nuestro trabajo», ¡no! En Ballesol Badalona hay personas que además de trabajar profesionalmente, son la bendición de los ancianos residentes y de sus familiares.
Les deseo ánimo y salud para seguir con esta tarea tan encomiable.
Muchas gracias y besos.
hijos de María escribano galán
