Quisiera hacerles llegar mi gratitud, tanto en mi nombre como en el de mi familia, la profesionalidad, el cariño y el espíritu positivo que se ha tenido con mi madre Dª. Rosario Fernández Palacín.
Desde que llegó a vuestro Centro Residencial hemos encontrado a personas con una capacidad extraordinaria de dar amor y bienestar, hasta el punto que habéis conseguido que se sintiera como si estuviera en su propia casa, dejándonos en estos meses tan buen sabor de boca.
Agradecer a cuidadores, cocineros, personal de limpieza, mantenimiento, auxiliares, dues, fisioterapeuta, doctora, personal de recepción, supervisoras así como a su directora por su profesionalidad… Gracias a todos.
Deseo de todo corazón que sigan trabajando del mismo modo que lo han hecho hasta ahora, porque eso es la maravilla del ser humano, confiar los unos en los otros.
Como dijo Cicerón, «la gratitud no es sólo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás».
Hasta siempre.
Con cariño
María amparo García Fernández
