Hola. La verdad es que hoy no sé por dónde empezar. Nunca imaginé que tendría que escribir esta carta pero creo que es lo más justo, sobre todo por lo acontecido en los últimos días.
Mi abuela entró en “vuestra casa” el día 20 de mayo del pasado año. Para nosotros fue una decisión muy dura, pero habíamos llegado a un punto que, por su enfermedad (Alzheimer), la situación en casa era insostenible por lo que buscamos y elegimos el sitio que creímos mejor y más adecuado para ella. El principio fue difícil. Por un lado, nosotros debíamos adaptarnos a la nueva situación y por otro, vosotros debíais conocer a mi abuela, sus gustos, sus manías,… Pero creo que, entre todos, logramos que se integrara. Sé que vosotros os esforzasteis para que estuviera muy bien y además, cuando os comentabámos que teníamos algún pequeño problema o algo nos había disgustado, lo corregíais. El pasado 7 de febrero el corazón de mi abuela se paró para siempre. Para nosotros están siendo momentos tristes. Pero nos da una tranquilidad enorme recordar como fueron sus últimos días en “su casa”. Despúes de lo que nos tocó vivir en el hospital, nunca hubiéramos imaginado un final como el que ella tuvo. Fueron días difíciles, pero el cariño con el que la cuidastéis y las palabras de ánimo que nos dabais, hicieron que todo fuera un poquito más llevadero. Además de estar rodeada de su familia, tuvo también a toda la “familia Ballesol” a su lado.
Por todo ello, queremos agradeceros a TODOS lo que habeis hecho, no sólo por ella, sino también por nosotros.”
Un abrazo fuerte.
MARINA CONTRERAS. Nieta de Mercedes Alarcón