Esos días en los que miras el espejo y a la persona que observas al otro lado, a la que con el paso del tiempo muchas veces te cuesta reconocer, la encuentras carente de sentido y te atreves a preguntarle: ¿tú qué haces aquí?
Esos días en los que consideras que tu vida pasada ha carecido totalmente de interés y de contenido y no digamos nada de la vida futura que intuyes vacía y absurda.
Esos días en los que no encuentras razones para salir de casa. Si te hubieras parado a pensarlo antes ni siquiera habrías encontrado razones para levantarte de la cama.
Esos días, en fin, en los que se te caen encima todos los errores que has cometido, todas las veces que hiciste el ridículo, todas las ocasiones en las que sentías que te ignoraban, que a nadie le importabas, mientras el resto del mundo dedicaba ímprobos esfuerzos a cosas que a ti te parecían insustanciales pero que, sin embargo, les hacía insultantemente dichosos, tanto que no eran capaces de darse cuenta de lo desgraciado que su felicidad te hacía sentir, de lo solo que te encontrabas en su compañía.
En esos días recuerda que hace tiempo, en aquella noche o en aquella fiesta, fuiste el más rápido de todos, llegaste el primero a tu objetivo y conseguiste asomar a la vida en dura competencia. Triunfaste por primera vez (Julio Cerón dixit).
En esos días recuerda que tu presencia, esa a la que prestamos tan poca atención, nos da seguridad y hace que nuestro mundo sea completo. Que formas parte de nuestra vida. Que eres para nosotros tan importante como ese aire que respiramos y de cuya existencia ni siquiera nos damos cuenta.
En esos días piensa que sin ti nuestras risas y nuestras lágrimas, nuestros pesares y nuestras alegrías quedarían dibujadas en un mundo plano sin profundidad ni contenido.
En esos días acuérdate de que nuestra vida, la tuya también, se prolonga desde los que estuvieron antes hasta todos los que vengan después. Que sin ti la cadena que entre todos vamos construyendo quedaría rota. En esos días, en fin, acuérdate de que por encima de nuestros gestos, por encima de nuestras palabras, por encima de nuestras miradas, por encima de todo te queremos y te necesitamos.