ENTRE NOSOTROS 46

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Estimados amigos,

A lo largo de los últimos años se ha ido imponiendo en las sociedades que denominamos “avanzadas” un conjunto de nuevos conceptos que han contribuido a que hayamos disfrutado de un largo periodo sin grandes conflictos internacionales. Hablo de conceptos tales como solidaridad y responsabilidad social, conceptos que han hecho que la sociedad haya dado en los últimos años un paso de gigante en lo que a igualdad de derechos y oportunidades se refiere.

Es posible, por supuesto, que no hayamos recorrido ni siquiera la mitad del camino, pero sería estar ciego no reconocer que se ha evolucionado mucho y rápido. Vivimos en entornos razonablemente seguros y a veces ni siquiera sabemos valorar la libertad que eso nos proporciona.   

Existen en España muchos empresarios, funcionarios, trabajadores y políticos responsables, solidarios y honrados. El gran problema es que estos a nadie interesan y se nos muestra la realidad como si todo estuviera salpicado de corrupción, como si sólo existiera una gran mancha de aceite que hubiera contaminado todo.

Sin embargo, yo defiendo la integridad de un porcentaje elevadísimo de población que en su puesto de trabajo, sea el que sea, político, empresario, trabajador o funcionario, defiende los valores éticos y morales que hacen que las sociedades avancen de manera justa.

No debemos permitir que esta mancha de aceite no nos deje ver la cantidad de agua limpia que existe debajo. Un entramado social lleno de personas que viven con ilusión, respeto, honradez y dignidad. Esta es la verdadera sociedad y no la que nos quieren mostrar día a día. No debemos dejar que paguen justos por pecadores, que son los que deben ser castigados con contundencia.

Después de 25 años de carrera profesional en Ballesol, estos son los valores que yo he vivido desde siempre en la compañía que dirijo con orgullo así como en todos los trabajadores, proveedores y colaboradores con los que he tenido el placer de trabajar a lo largo de estos años.

Cuando escribo este texto, y cuando se lea, más de 200.000 personas han salido de sus hogares para prestar atención y cuidados a Personas Mayores en sus domicilios, en Centros de Día, en Residencias, y para garantizarles, con su esfuerzo y dedicación, la calidad de vida que se merecen.

Esta es la auténtica realidad y estas son las personas hacia las que debemos, con respeto y admiración, dirigir nuestras miradas.

Un fuerte abrazo