Entre nosotros

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Ignacio vivas soler
Ignacio vivas soler

Estimados Amigos,

En mi vida profesional he podido observar como el sector de atención residencial para Personas Mayores ha evolucionado, y lo ha hecho de manera notable. Ha cambiado prácticamente todo: han cambiado las características de nuestros usuarios; se ha instaurado un sistema de atención a la dependencia; hemos crecido en volumen pasando a ser un sector con una importante contribución al PIB; damos trabajo directamente a más de 200.000 personas con un empleo estable y no deslocalizable.

Cambios importantes que reflejan un envejecimiento cada vez mayor de la población española con un incremento de la esperanza de vida y unas necesidades de atención crecientes. Esta circunstancia hace que, como antes comentaba, las características de nuestros residentes estén evolucionando rápidamente, y a las necesidades sociales que este colectivo siempre ha necesitado se están sumando cada vez más necesidades de atención sanitaria. El problema de la cronicidad con una esperanza de vida cada vez más larga es, en mi opinión, uno de los grandes retos a resolver en los próximos años por todos los agentes implicados.
Este es un reto que precisa salvar, al menos, tres escollos fundamentales: financiación, profesionalización y coordinación.

Aun siendo cierto que a lo largo de todo este periodo las partidas presupuestarias destinadas a los servicios sociales han ido creciendo de manera importante, podemos asegurar que en este momento estamos en una situación límite. El coste de estos servicios, por las necesidades crecientes de asistencia sanitaria, está creciendo y empieza a ser complicado abordar servicios residenciales cada vez más especializados con los recursos económicos existentes. Si efectivamente queremos abordar el futuro con garantías esta es una de las cuestiones a resolver.

En lo que se refiere al mercado de trabajo, el cuidado de nuestros mayores en situación de dependencia o cronicidad exige cada vez más la participación de unos profesionales que tengan la formación adecuada, la vocación y la humanidad que para esta labor se requiere. Resulta evidente que en este sector competimos directamente con los recursos sanitarios por los mismos profesionales en unas condiciones claramente inferiores. Esto va a provocar en un plazo breve una dificultad importante para poder captar el talento necesario que tan importante es en un sector como el nuestro.

Y por último, para conseguir los dos objetivos anteriores necesitamos del compromiso de todas las partes implicadas. Afrontar este problema no solo es necesario, sino imprescindible para la sostenibilidad del sistema de atención a la dependencia. Despejar las incertidumbres permitirá generar las infraestructuras necesarias para que esta atención a nuestros mayores sea posible en un futuro no tan lejano.

A la espera de que este nuevo año que afrontamos llegue cargado de buenas noticias para el sector, ¡aprovecho para desearos unas felices fiestas y un próspero 2018!

Un fuerte abrazo,