Un lugar en el mundo

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Recientemente llegó a mis manos un video sobre los adolescentes titulado “Lo que de verdad pensamos sobre ellos”. El video fue lanzado por ING en una campaña a favor de UNICEF y su programa “Power for Youth”, que trabaja para ofrecer un futuro mejor a jóvenes de todo el mundo y se puede encontrar fácilmente en Internet.
En él se compara la imagen estereotipada que tenemos de los adolescentes, siempre cansados, aburridos, sin inquietudes, con lo que es la auténtica realidad: un grupo de personas activas, preocupadas por el entorno social, solidarias, creativas, que se esfuerzan día a día por conseguir una sociedad mejor y capaces de grandes sacrificios.
Naturalmente no es sólo sobre los adolescentes sobre los que tenemos una imagen preconcebida. Ideas así, sin un fundamento sólido que se corresponda con la realidad, son un lugar común en nuestro pensamiento. Y esta costumbre, por llamarla de alguna manera, no es exclusiva de las personas; empresas, instituciones, administraciones públicas tienden también a meter en un mismo saco a todos los que forman parte de un colectivo que, al final, sólo está definido por compartir un único rasgo, una determinada edad, sin tener en cuenta que, al margen de eso, quienes componen ese grupo son justamente diferentes y en nada, o muy poco, se parecen unos a otros.
Por ejemplo, ¿quiénes son las denominadas “Personas Mayores”? Un colectivo que sólo tiene en común una edad superior a los 65 años (póngase otra cifra si ésta parece errónea, el resultado será el mismo). ¿En qué se parecen? Hablamos de personas que nacieron desde finales de los años veinte hasta finales de los años cuarenta del pasado siglo. Ni en educación, ni en condiciones laborales, ni en actividades de ocio, ni en inquietudes culturales, ni en tantas otras cosas sus vidas pueden considerarse similares. Y pese a ello a todas ellas pretendemos tratarlas como si fuesen idénticas cuando sus vivencias, sus gustos y sus aficiones no pueden ser más diferentes.
Sin embargo sí hay algo que tienen en común: la consideración que la sociedad tiene de ellos. Un colectivo que, aun suponiendo casi la cuarta parte de la población, es considerado como un grupo de escasa relevancia que merece, en consecuencia, una escasa atención, cuando no se les conceptúa como una carga para el resto de la sociedad.
Afortunadamente esas denominadas “Personas Mayores” cada vez gozan de una mayor autoestima, se sienten satisfechas siendo lo que son y como son, traspasan barreras sin importarles opiniones ajenas, ocupan su lugar en el mundo, el lugar que se han ganado y al que tienen legítimo derecho y eso hace que todos nos sintamos orgullosos de ellos.

LAs «personas Mayores» ocupan su lugar en el mundo, el lugar que se han ganado y al que tienen legítimo derecho y eso hace que todos nos sintamos orgullosos de ello