La catedral acoge el sepulcro del Apóstol Santiago, lo que le convierte en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa desde la Edad Media a través del Camino de Santiago. El impresionante templo situado en la plaza de Platerías merece sin duda la visita a la ciudad que ya en sí misma es preciosa. Cuenta con una plaza de cruz latina, un crucero grande de casi setenta metros y una girola o deambulatorio que es una nave en torno a la capilla mayor que permite andar alrededor del sepulcro del Santo, situado en la cripta debajo del altar mayor. En el crucero se alza una linterna del siglo XIV remodelado en época barroca, bajo ella está suspendido el inmenso botafumeiro, utilizado en ocasiones especiales como el 25 de julio fiesta de Santiago en la que un magnífico castillo de fuegos artificiales ilumina la fachada. Las escaleras de la fachada central pueden salvarse si se entra por la plaza de Quintana.
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