Visita al Alcázar
Aunque Toledo no es precisamente una ciudad cómoda debido a sus innumerables cuestas sí es cierto que su belleza bien merece un esfuerzo, no en vano es Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Para visitarla, nada mejor que ir en taxi hasta el Alcázar y posteriormente ir bajando cruzando el casco antiguo, la bajada siempre resulta más cómoda. Aunque nos centraremos en el Alcázar no hay que perderse la catedral, la Casa del diamantista, la Iglesia de Santo Tomé, la Mezquita Cristo de la Luz o el magnífico Puente de San Martín. En general, el Alcázar está bastante bien adaptado, se prestan sillas de ruedas para quienes deseen hacer la visita más cómodamente. Todas las visitas pueden ser guiadas siguiendo los horarios indicados. El precio de la entrada es 5 euros y la entrada reducida 2,5 euros. En la mayoría de las zonas hay escaleras que se pueden salvar con rampas, también tienen pasamanos, para el acceso a las salas hay ascensor y rampas. En el edificio se encuentra La Biblioteca de Castilla-La Mancha y el nuevo Museo Nacional del Ejército. Todo el monumental edificio es un ejemplo de accesibilidad y en definitiva comodidad para todos que hace mucho más agradable la visita.