CATEDRÁTICA EMÉRITA DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID (DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA BIOLÓGICA Y DE LA SALUD: ÁREA DE PERSONALIDAD, EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO).
ENVEJECIMIENTO ACTIVO
Es usted una especialista de reconocido prestigio nacional e internacional en el ámbito del envejecimiento, nos podría decir desde el punto de vista científico ¿a qué se hace referencia cuando hablamos de envejecimiento con éxito y cuáles son las claves para lograrlo?
Durante las últimas décadas, frente a una visión negativa del envejecimiento como irremediable pérdida y déficit, se ha desarrollado un nuevo paradigma desde el que se trata de considerar el envejecimiento desde una perspectiva positiva como un proceso humano que conlleva tanto declive como estabilidad y desarrollo y que ha adoptado distintos nombres: envejecimiento activo, productivo, óptimo, con éxito, saludable… Si bien los términos que se utilizan para denominarlo son distintos, las condiciones tanto para su definición como las claves para lograrlo son muy semejantes. Respecto a sus condiciones definicionales, en términos generales, se considera que envejecer bien es mantener una aceptable salud y estado físico, un óptimo funcionamiento cognitivo, afecto positivo y control y, una alta participación social.
Por lo que se refiere a cuales son las claves para lograrlo éstas aluden a presentar estilos de vida saludables tales como una austera y saludable alimentación (dentro de la llamada dieta mediterránea), actividad física regular (el refrán nos dice: “poca cuchara y mucho tacón”), búsqueda de una visión positiva de la vida, manteniendo control sobre ella y mantenerse implicado familiar y socialmente.
En uno de los programas de promoción del envejecimiento activo que ha dirigido, puso de manifiesto que la genética contribuye solo un 25% en la forma de envejecer, mientras que el ambiente y lo que el individuo “hace” contribuye en un 75%, esa es una muy buena noticia, ¿Cómo se pueden promover los cambios conductuales necesarios para llevar una vida saludable?
Esa estimación 25/75 está realizada por muy distintos bio-demógrafos y me limito a difundir esa estimación esencialmente porque la gente en general tiene la impresión de que las formas de envejecer son innatas pero todas las pruebas que tenemos es que tanto el ambiente como la conducta del propio individuo son esenciales en las formas de envejecer. Tanto la sociedad debe incluir ambientes saludables y adecuados para los individuos de todas las edades (¡se envejece a lo largo de la vida!) como el individuo debe de ser consciente de que es responsable de cómo envejece.
¿Qué cometido cree que debe de asumir el psicólogo en la promoción de la salud y el envejecimiento activo?
La psicología es una de las ciencias que contribuyen al envejecimiento, como he dicho, la persona (el “envejeciente”) es el principal agente de su vida y, por tanto, de su envejecimiento y son condiciones psicológicas y comportamentales como el aprendizaje a lo largo de la vida, el pensamiento positivo, el mantenimiento del control y la implicación social son esenciales para un buen envejecimiento. Más aún, los estilos de vida saludables implican hábitos y, por tanto, cualquier programa de promoción de la salud o de prevención de la enfermedad requieren adherencia que es, nuevamente una condición de aprendizaje.
DEPENDENCIA
Desde su experiencia como investigadora ¿cree que se discrimina a las personas mayores en contextos médicos y sociales?
Si tenemos en cuenta los estudios realizados por nosotros y otros equipos la respuesta es si pero hemos de añadir que es una discriminación sutil en el sentido en el que no está prescrita por la legislación que está libre del sesgo “edadista” sino que es muy sutil en el sentido de recomendación de ciertos tratamientos, intervenciones o pruebas diagnósticas de alto costo. Aparte de esta forma sutil de edadismo también encontramos un alto “paternalismo” en el sentido de tratar a la persona mayor como no competente utilizando diminutivos o tonos más propios de la relación con niños de con adultos, todo ello puede leerse en la Revista Española de Geriatría y Gerontología (Ribera et al., 2016) y en una carta al director de la Journal of the American Geriatrics Society titulada “Age discrimination. Eppur si muove” (Fernández-Ballesteros et al., 2015). No obstante, conviene resaltar que la jubilación obligatoria es una clara norma discriminatoria que convierte un logro humano y social en una norma antiedadista y, también, anticonstitucional por obligatoria.
Recientemente participó en las III Jornadas Nacionales sobre el Envejecimiento del Colegio de Psicólogos en las que comentó que “el problema no es el envejecimiento, sino que éste conlleve enfermedad y dependencia”. ¿Cuáles serían sus recomendaciones para dar respuesta a las necesidades de las personas mayores dependientes que viven en centros residenciales?
La cuestión, creo yo, es bien clara, no es la edad sino la enfermedad (fuertemente asociada a la edad) la que lleva a la dependencia. No obstante, en este momento los extremos del problema son juzgados en forma inversa cuando la Dra. María Blázquez (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) resalta que “la enfermedad está causada por el envejecimiento” y sus objetivos son los de conocer más las relaciones entre edad y envejecimiento para lograr reducir la enfermedad.
¿Qué aspectos de la calidad de vida se pueden ver más favorecidos en los centros residenciales?
La calidad de vida es un concepto polisémico y distintos autores lo definen de maneras distintas. Desde una perspectiva multidimensional, la calidad de vida comprende tanto condiciones personales como ambientales y tanto subjetivas como objetivas. Así, los centros residenciales deben optimizar en primer lugar las condiciones ambientales que conforman el Centro y, entre ellas, las condiciones organizativas que promuevan, al máximo, el control de los residentes; en este sentido, en este momento el modelo de cuidado “Centrado en la persona” (que es un “revival” de tratamientos propuestos por Karl Rogers en los años cincuenta y sesenta) está demostrando la importancia del cuidado individualizado y a darle a la persona protagonismo en su propio cuidado no asumiendo una visión paternalista del cuidado sino tratando de incentivar la autonomía personal empoderando a la persona.
PERSONAS NONAGENARIAS Y CENTENARIAS
A lo largo de su extensa trayectoria como investigadora, usted se ha interesado en la actividad cognitiva de las personas nonagenarias y centenarias. ¿Qué influencia tiene la reserva cognitiva y actividad intelectual cotidiana en el mantenimiento de las facultades cognitivas en esta población?
Creo que está bien demostrado que mientras existe vida hay plasticidad (es decir, modificabilidad positiva cognitiva) pero, también, que la plasticidad disminuye (lentamente) con la edad. Por otra parte, también hay clara evidencia empírica de que la senda del envejecimiento óptimo debe tomarse lo antes posible en la vida (es decir, cuanto más pronto se adquieran hábitos saludables mejor) pero, también, que nunca es tarde para producir efectos positivos en el comportamiento (incluyendo la conducta cognitiva).
¿Comparte las estimaciones del aumento poblacional de estas cohortes de edad para los años venideros, o quizás el número de nonagenarios y centenarios actual tenga que ver con la selección natural a la que han estado sometidas estas generaciones?
Las estimaciones sobre los porcentajes de los muy mayores en el próximo futuro están calculados desde la demografía. Los demás científicos solo podrían disentir si pudieran calcular las amenazas que se ciernen sobre el futuro que pueden reducir las proyecciones actuales. Dado que no suelo hacer especulaciones sobre el futuro a nivel macro, solo me queda aceptar algo que por otra parte me parece maravilloso saber: ¡que mis tres nietas (todas nacidas después del 2000) tienen una probabilidad del 50% de llegar a centenarias!
EVALUACIÓN PSICOLÓGICA
Para terminar no podemos dejar de hacerle esta pregunta, como la gran referente que es en evaluación psicológica, ¿es necesario hacer una revisión crítica de cómo está afectando el elevado número de instrumentos de evaluación en el ámbito del envejecimiento al avance en la investigación? ¿menos es más?
El problema, creo yo, no es cuestionarse si existen muchos o pocos instrumentos sino si los que existen tienen las necesarias garantías de rigor psicométrico y, en qué medida, su administración y utilización tienen una utilidad práctica. Lo que considero un verdadero problema de la aplicación de la evaluación psicológica es que los/as psicólogos/as no la utilicen para valorar, también rigurosamente, las intervenciones que realizan de igual manera que ocurre con muchos de los programas que las instituciones o los centros utilizan aún cuando cuentan con protocolos evaluativos lo cual va en contra de una posición no solo científica sino también ética. Este debería ser un tema (¿pendiente?) tratado no solo por los Colegios profesionales sino por los centros e instituciones con el fin de dar cabal cuenta de los efectos de sus acciones en las personas cuidadas y atendidas.
Cuidado del adulto mayor:
Si te interesa saber más sobre el CUIDADO DEL ADULTO MAYOR te recomendamos que leas este atrículo en el blog de Ballesol.es: https://ballesol.es/cuidado-del-adulto-mayor/