EL BAÚL DE LAS PALABRAS

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La lengua, el vocabulario, las expresiones populares, la expresión oral y la escrita forman parte de nuestra cultura. Muchas palabras se encuentran en el olvido porque por diversas razones ya no se usan. Identificamos muchos vocablos a momentos nostálgicos, nos conducen a nuestro autor, a momentos concretos y nos despiertan sensaciones y recuerdos.

Los lingüistas y académicos aluden a la pobreza léxica actual por la invasión de extranjerismos y el daño que han hecho las nuevas tecnologías e Internet. Todo en un contexto muy halagüeño para nuestro idioma, que ya lo hablan 450 millones de personas. El español es ya la segunda lengua del mundo por número de habitantes nativos, el segundo idioma de comunicación internacional y el tercero más usado en Internet, según un informe divulgado por el Instituto Cervantes.

Bajo este panorama se esconde una realidad que acompaña a la nostalgia. Muchas palabras merecen ser rescatadas del olvido e incorporarlas de nuevo al uso coloquial y el escrito, son las llamadas palabras moribundas, que tienen un poder evocador que lleva hacia nuestra memoria el recuerdo de personas queridas que ya no están, épocas de nuestra vida que pasaron, utensilios perdidos, tareas superadas, antiguas modas divertidas.

¿SE ACUERDA DE…?

¿Cascarrias, zangolotino, damajuana, cáspita, hogaño o botarate? Hagamos memoria.

Cascarrias es una palabra que utilizaban las madres y abuelas, y que significaba suciedad en la ropa. Gaznápiro es palurdo, simplón, que es torpe, que se queda embobado con cualquier cosa. Zangolotino hace referencia al muchacho que quiere o a quien se quiere hacer pasar por niño. Cáspita sirve para denotar extrañeza o admiración. Damajuana es el recipiente de vidrio o barro cocido, de cuello corto, a veces protegido por un revestimiento, que sirve para contener líquidos. También resulta ser una palabra de antaño que se escuchaba en Andalucía y Castilla. Ahora está en desuso, por lógica porque ya casi no se utilizan. Algunas personas la recuerdan como una garrafa de cristal forrada con mimbre con unas asas para transportarla y que sirve para guardar líquidos. Botarate es el hombre alborotado y de poco juicio. También es la persona derrochadora. Es una forma de decirle a alguien que es un poco desastre pero de una forma cariñosa y divertida, sin hacer daño. Cachivache es una vasija y utensilio, pero también significa hombre ridículo, embustero e inútil. Cachivache es sin duda una palabra con un sonido que gusta, que incluso provoca simpatía. Hogaño significa en el año presente, en esta época a diferencia de antaño, que significa en época anterior. Hogaño sí es una palabra de nuestros abuelos y abuelas.

Bochinche significa chisme, a veces calumnioso, contra una persona o familia, que cobra mayor proporción y maledicencia a medida que pasa de una persona a otra. También es alboroto, barullo y tumulto.

Balde es otro vocablo que aún se usa en la marinería especialmente, es un cubo que se emplea para sacar y transportar agua. Recipiente de forma y tamaño parecidos a los del cubo. De balde significa sin coste alguno; en balde es en vano; estar de balde significa estar ocioso.

Depende de nosotros para recuperar estas palabras e incorporarlas de nuevo en nuestras conversaciones y debates. Preguntemos a nuestros mayores el secreto de estas palabras del baúl de los recuerdos.