PASCUAL TARAZONA

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De Valencia a Madrid, de Madrid a París, de París a Londres y de Londres a Johannesburgo; y desde hace pocos años, la mitad del año en el extremo sur de Sudáfrica, cerca de las grandes olas y del paso espectacular de las ballenas, y la otra mitad en España, en Paiporta, su tierra.

Una de las colecciones plásticas de Pascual Tarazona se titula “Las raíces del aire”, y me parece que sería un buen nombre para figurar en la cancela de su casa y para bautizar el temperamento de este artista; un artista que no siempre ha sido pintor, ya que igual que ha itinerado por ciudades, países, actividades profesionales y residencias… lo ha hecho por diferentes reinos y modalidades artísticas: el teatro, el diseño y la moda fueron durante muchos años sus medios expresivos hasta que finalmente, de experiencia en experiencia y de esencia en esencia, se quedó con la pintura y con la fotografía. Regresó a España como pintor y fotógrafo, habiendo mostrado sus obras en numerosas exposiciones fuera de nuestro país y habiendo situado cuadros y fotografías en destacadas colecciones de arte, tanto privadas como públicas. Merece la pena sin duda detallar su trayectoria.

MUNDO ADELANTE

Pascual Tarazona dejó Valencia hacia los veinte años, decidido a estudiar y a intervenir en el mundo del espectáculo (cuando le conocí junto a sus cuadros  yo recordé haberle visto actuar puntualmente sobre las tablas de la escena madrileña); pero, del mundo teatral le interesaron más los tejidos, las texturas, los colores y las hechuras del vestuario que los libretos y las salidas al escenario, y siguiendo esa estela se trasladó a París, donde compaginó sus estudios de arte con trabajos en el mundo de la moda. A Londres llegó becado por las autoridades inglesas, y en la St. Martin School of Art llevó a cabo su especialización. En 1975, la vida, las casualidades (que nunca lo son) y las oportunidades situaron ante Tarazona una posibilidad: la de trasladarse a Johannesburgo y establecerse como diseñador con su propia firma artística y empresarial. Y lo hizo con lucha y con éxito, llegando a ganar en 1981 el premio The Cody Designer of the year,  y en 1983 el The Cody Avant Garde Award. Asimismo, desde 1984 hasta 1991, formó parte del grupo de Estudios de Arte de Joyce Leonard.

«Quiero pintar lo que no se ve, el aliento de la vida, la vida de las formas, la eclosión de los colores y su formas»

DONES Y RECURSOS

En 1985, toma una decisión importante al matricularse en Bellas Artes en la Universidad de Witwatersrand, para facultarse a fondo en las modalidades de pintura, escultura y fotomontaje. Y, a partir de entonces…, ese pincel que estaba siempre al fondo, viviendo en su imaginación, en su anhelo y en sus previsiones pasó al primer plano de su realidad, se convirtió en aliento de sus días, de su fidelidad, de su presente y de su futuro, y las telas pasaron a ser soporte agradecido sobre las que tensar sus ideas, pintar, crear y recrear la realidad artística interior a partir de los datos sensibles, visibles, del exterior; y los volúmenes, pesos y medidas se fueron convirtiendo en esculturas ocasionales; y el calibrado de las composiciones pasó a llevarse a cabo con las lentes, las luces, los tiempos y las mezclas de los fotomontajes. El Pascual Tarazona diseñador y empresario de moda…, fue remodelando su vida, liquidó su firma, reordenó sus tareas, y solo y acompañado inauguró unas y otras exposiciones, logrando un excelente reconocimiento; y un buen día, hizo sus maletas y regresó a España, donde permanece, donde igualmente pinta, fotografía y expone (la última ha sido en Valencia, Galería Palau, este mismo año), acostumbrado a los riesgos y las dificultades (“¡todo es muy duro aquí!”, suele exclamar cuando se acumulan los problemas, “Claro que…, ¿y dónde no?”, termina añadiendo casi siempre), con la serenidad que proporcionan experiencias vitales variadas, extensas y profundas.

Tarazona no ceja en su respeto por el arte, y no deja de facultarse como parte de ese mismo respeto; y por eso acude ahora mismo a clases de dibujo con modelo, trasladándose de Paiporta a valencia, “Para que la mano no se olvide de ceñirse a las formas, para que imagine bien y no se ponga a fantasear de cualquier manera, ¿no te parece?”. Sí, claro que me parece bien, desde luego, como me parece bien todo aquello que Pascual Tarazona proyecta, se propone, busca, persigue y lleva a cabo, intentando no disminuir nunca su compromiso, sus ganas de crear, su exigencia y su entusiasmo, cosas muy complicadas hoy en día y aquí. Pero, como él nos dice, y… ¿dónde no?