PUNTOS PARA REFLEXIONAR TOMADOS DE AQUÍ Y DE ALLÁ

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  • En la convivencia diaria, la alegría manifestada en la sonrisa oportuna o en un pequeño gesto amable, abre la puerta de muchas personas que estaban cerradas al diálogo o a la comprensión.
  • La alegría anima y ayuda a superar las numerosas contradicciones que a veces trae la vida.
    Una persona que se dejara llevar habitualmente de la tristeza y del pesimismo, que no luchara por salir de ese estado enseguida sería para él un lastre y algo así como un pequeño cáncer para los demás.
  • Virtud de convivencia es el respeto mutuo también con aquellos que por alguna razón nos parecen menos amables simpáticos y divertidos. Tenemos que examinarnos para ver como son nuestras relaciones ante las molestias que toda convivencia diaria suele llevar consigo.
  • Si albergas amargura en tu corazón, la felicidad buscará otro sitio donde acomodarse.
  • A nadie le faltan fuerzas, lo que a muchísimos les falta es voluntad.
  • Un campo importante donde debemos sembrar mucha alegría es en la familia. Dice Santo Tomás que nadie puede aguantar un solo día a una persona triste y desagradable; y, por tanto, todo hombre o mujer está obligado a vivir amablemente (con alegría) con los demás. Hay que vencer siempre los estados de ánimo, el cansancio, las preocupaciones personales aunque nos cueste eso es grato a Dios.
  • Vamos hacer hoy un propósito sincero: hacer amable y fácil el camino a los demás, que bastante amargura trae consigo la vida. (Surco, 63).
  • La tristeza hace mucho daño en nosotros y a nuestro alrededor. Es una planta dañina que debemos arrancar en cuanto aparece. “Anímate, pues, y alegra tu corazón y echa lejos de ti la congoja, porque a muchos mató la tristeza y no hay utilidad alguna en ella. (Eclo. 30, 24-25).5).
  • Quién se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario. (Séneca).

D. José Estévez Ramos
Presidente Ballesol Azalea, Sevilla