jueves, abril 18, 2024

Dª. MARILUZ BARREIROS

El hispanista británico Hugh Thomas tituló un libro dedicado a Eduardo Barreiros como “El motor de España”. Siete años después podría reeditar otro ejemplar bajo el epígrafe “Mariluz Barreiros, el motor de su memoria”. La hija de una de las personalidades más importantes que ha dado este país, es a su vez, una de las mujeres más influyentes y reconocidas de España, ¿el motivo? “La sencillez y la empatía es una clave universal, que lo mismo sirve para los negocios, la amistad o el amor”, nos dice.

La FUNDACIÓN BARREIROS es algo más que un espacio dedicado a admirar y contemplar el desarrollo de la automoción en España, es también un espacio expositivo en el que recordar la figura, el trabajo y el tesón de Eduardo Barreiros. ¿Qué quiere transmitir Mariluz Barreiros con el legado y la memoria como principal activo de la Fundación?

Me gustaría, sobre todo, transmitir el ejemplo de mi padre.

La Fundación Eduardo Barreiros fue creada en 1997 como homenaje a su figura, la de sus hermanos y la del excelente equipo de colaboradores que trabajaron en Barreiros Diesel. Lograron llevar a cabo el que fue el proyecto empresarial industrial privado más importante en nuestro país en los años 50 y 60, el cual contribuyó de forma destacada a la motorización e industrialización de España y a la creación de la clase media en nuestro país. Partiendo de casi nada, prácticamente de cero, reinvirtiendo año tras año los beneficios, dio empleo directo a alrededor de 25.000 personas e indirecto a cerca de otras 100.000.

«recordaría muy especialmente su faceta humana, mi padre tenía un corazón de oro y era muy sencillo»

En la Fundación Eduardo Barreiros llevamos, pues, más de quince años cuidando ese legado y trabajando al servicio del mismo motor que movió a mi padre hace casi un siglo: un motor real: el motor que puso en movimiento millones de vehículos en España y otros países. Pero también un motor metafórico: el motor de la pasión por las cosas bien hechas. Desde siempre, nuestro afán ha sido el ensamblaje de dos mundos: el del motor y el de la cultura. Hemos promovido exposiciones, conferencias nacionales e internacionales, hemos entregado los premios a la investigación que este año presentamos en su octava edición. Hemos levantado el Museo Eduardo Barreiros… Nos mueve todo eso…

Uno de los fundamentos de la FUNDACIÓN EDUARDO BARREIROS es el de conocer y entender que la obra de Eduardo Barreiros sigue presente en el tejido industrial español. ¿Qué importancia tiene como aportación en la educación de las nuevas generaciones?

Cuando yo era apenas una niña, mi padre, Eduardo Barreiros, escribió en un papelito lo que él tituló ‘Decálogo del buen empresario’. Un código de conducta al que siempre permaneció fiel y del que siempre se sintió orgulloso:

  1. Hacer siempre honor a los compromisos.
  2. No mirar a nadie por encima del hombro.
  3. Ser muy tenaz.
  4. Rodearse siempre de buenos colaboradores y amigos.
  5. Convivir al máximo con los que trabajan con uno.
  6. Estimularlos en la mayor medida
  7. No querer ganar para sí la última peseta.
  8. Trabajar con intensidad.
  9. Escuchar las sugerencias aunque procedan de gente modesta.
  10. Tener vocación y fe.
Desde el pequeño taller en Orense en el que empezó su padre hasta su última residencia en La Habana. ¿Qué hechos más reseñable destacaría en su carrera empresarial?

Mi padre comenzó transformando motores de gasolina a diésel. Después, creó y fabricó sus propios motores. Y más tarde… camiones, autobuses, tractores, carretillas elevadoras, grupos electrógenos… Los Simca y los Dodge en asociación con Chrysler… Su vida, es la de un gallego audaz movido por un sueño y una pasión; la historia de una vida entre motores. Una historia de superación, entusiasmo y resistencia que le llevó desde un pequeño taller en Orense al frente de una fábrica de dos millones de metros cuadrados en Villaverde (Madrid). En treinta años: de ese minúsculo negocio familiar, a una factoría con 25.000 empleos directos, red asistencial, clínicas, escuelas infantiles y viviendas sociales.

Barreiros Diesel fue también una escuela de formación para ingenieros y técnicos y trabajadores en general, así como para la industria de componentes.

Destacaría también, ahora que se habla de dificultades, que lo hizo a base de pasión, tesón y fe y a pesar de las resistencias y trabas de los organismos oficiales; a pesar de las estrecheces de crédito y pese a no tener una formación académica específica.

Pero recordaría muy especialmente su faceta humana, mi padre tenía un corazón de oro y era muy sencillo.

Fue también pionero y adelantado de su tiempo, un visionario. Hay unos textos suyos manuscritos del año 1960 en los que vaticina ya que en el año 2000 habría en el mundo tan sólo siete multinacionales de automóviles, cuando en aquella época existían más de 230 firmas. Y no se equivocó. Tenía visión de futuro: previó, 40 años antes de que sucediera, lo que hoy llamamos globalización y la tendencia de nuestros días: las fusiones entre empresas para adquirir mayor dimensión.

Y fue un pionero al establecer cuestiones de tanta envergadura como la responsabilidad social corporativa, la creación de una clínica en la fábrica donde además se practicaba la medicina preventiva; estableció guardería para los hijos pequeños de los trabajadores, economato, construyó viviendas para los empleados.

Fue también innovador al establecer la venta a plazos como sistema habitual, tanto para los camiones, como para los autobuses, tractores, etc., lo que posibilitó la autonomía de muchos profesionales del sector del transporte.

Destacaría asimismo su inteligencia natural –apenas asistió a la escuela– y su cualidad de superdotado para la mecánica.

De su padre se han dicho cosas preciosas. El historiador Hugh Thomas tituló un libro sobre él como “El motor de España”. El presidente de Privilege Style, Chema Alvárez, presentó el nuevo Boeing 767-300 ER con el nombre de su padre e improvisó una imaginaria llamada con él subido en el fuselaje central del avión. Manuel Fraga Iribarne dijo de él “que era un adelantado de su época. Hoy hubiera sido tan importante como el de Arteixo, ya me entiendes”, en referencia al dueño de Inditex, Amancio Ortega. ¿Qué elogio y referencia destacaba su padre y destacaría usted en la actualidad?

Su fe, su tesón, su capacidad de trabajo y sus dotes naturales de mando y de liderazgo. Su capacidad para innovar y emprender, su espíritu audaz y creativo, su afán por hacer las cosas bien. Su voluntad de no parar, de emprender nuevos caminos y de no desanimarse jamás; de superar dificultades por grandes que fueran. Y todo ello con grandes dosis de humanidad, generosidad, honestidad y valentía. Como hija, lógicamente, más allá del ingenio y la audacia, para mí lo fundamental es que era el mejor padre del mundo y que amaba con locura a su familia.

Hemos tenido la gran suerte de que Hugh Thomas reflejara muy bien todo ello en el libro biográfico que usted ha citado, que es, además, un estudio político y social y económico de la España de entonces. Esta obra ha sido editada también en inglés por la Yale University Press, siendo un caso único de difusión en el mundo anglosajón de la vida y la trayectoria industrial de un empresario español, lo que nos llena de orgullo.

A lo largo de la vida de Eduardo y de usted han surgido relaciones con personas de todos los ámbitos posibles, la Familia Real, Presidentes de Gobierno, Fidel Castro, Mijail Gorbachov, Emilio Botín, etc. ¿Cuál ha sido el personaje más decisivo y que ha influenciado de una manera más sentida en su vida?

Sin duda, mis padres. Mi padre, por todo lo que he contado de él en las respuestas anteriores. Y mi madre, muy admirable, por su capacidad de adaptación a todas las etapas y circunstancias que vivieron.

Me considero privilegiada por las personas tan inteligentes que he tenido la suerte de conocer, de todos los ámbitos: político, empresarial, intelectual, cultural, de los que tanto se aprende; aunque se aprende igualmente y mucho de gente más modesta.

Mi padre implantó en las distintas divisiones de la fábrica el “Buzón de sugerencias” para que todos los trabajadores, operarios o mecánicos que trabajaban a pie de máquina pudieran escribir lo que pensaran que podía mejorarse para conseguir el mayor rendimiento de la maquinaria. Me contaba que muchos aportaron grandes ideas de mejoras, que se llevaron a la práctica.

Siendo un ejemplo de emprendimiento y tenacidad en la sociedad actual, ¿qué influencia cree que tienen y deben de protagonizar las personas mayores en ámbitos de la vida económica, social o cultural en España?

Las personas mayores son un tesoro de sabiduría, de acumulación de experiencias de las que aprender. Nuestra sociedad está compuesta de personas de todos los sectores y todas ellas son de gran valor, sin que los años cumplidos resten, sino que suman.

En una familia en la que los buenos consejos han acercado el camino de la prosperidad y el bienestar ¿Qué valores y principios quiere transmitir a sus hijos y nieto en este sentido?

Los mismos que me han transmitido a mí mis padres y que pueden resumirse en que es posible conseguir todo lo que uno sueña, a base de trabajo, tesón y fe, actuando siempre con la mayor honestidad y honradez y cumpliendo los compromisos adquiridos.

«Las personas mayores son un tesoro de sabiduría, de acumulación de experiencias de las que aprender»

EL SECRETO DE SU ÉXITO

Existen muchas similitudes que van más allá de la amistad que tiene con Grupo BALLESOL y su presidenta Dª Lola Soler. Hay valores comunes como el trabajo, la tenacidad y el compromiso, pero también el de emprender y esforzarse con la misma ilusión que el primer día. ¿Dónde está el éxito para que ambas sean referentes en sectores tan diferenciados?

En hacer las cosas bien. Con pasión, con dedicación y cuidado. Conozco bien el Grupo Ballesol. Son ya treinta años de trabajo y trayectoria, y tengo el gusto de ser amiga de Lola Soler. La clave de este éxito está en todo eso: el esfuerzo, el trabajo, el compromiso. La palabra es excelencia. Y no hay más que ver las instalaciones, el mimo y el cuidado con el que se hace todo, y la cara de satisfacción de las personas, para corroborarlo.

Lola Soler, es una de las más admirables empresarias que he tenido la enorme suerte de conocer y tratar, con ese denominador común que tienen las grandes mujeres y los grandes hombres que son capaces de llevar a cabo proyectos que otros ni siquiera han imaginado.

Su energía, entusiasmo y motivación son contagiosos y me impresiona el cariño con el que habla de su equipo de colaboradores, de los que presume, orgullosa, comentando que muchos de ellos están en Ballesol desde los comienzos y cómo se involucran, como si se tratara de centros de su propiedad.

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Redacción Revista Ballesol
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Equipo de redacción de la Revista Ballesol
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