Un ictus es una patología producida por la disminución o interrupción del flujo sanguíneo a una zona del cerebro concreta.
Como no llega la cantidad de sangre que necesitan nuestras neuronas, no reciben la cantidad de oxígeno suficiente y dejan de funcionar, incluso mueren.
Las consecuencias y la severidad del ictus dependerán de la zona del cerebro afectada y de la extensión del daño.
El ictus es una de las patologías más frecuentes en todo el mundo. En España afecta a unas 120.000 personas al año, de las cuales, desgraciadamente fallecen en torno a 40.000.
¿Es posible superar un Ictus?
Tras el primer año de sufrir el ictus, los expertos aseguran que es el periodo en el que la rehabilitación y los tratamientos son fundamentales para la recuperación, ya que es cuando nuestro organismo está más preparado para recuperarse.
Tras el alta médica, la adaptación del propio domicilio a las nuevas circunstancias y la realización de ejercicios específicos para fortalecer la musculatura afectada son factores clave para lograr que el paciente de ictus mejore.
En ocasiones, las circunstancias del paciente o de su familia les impiden adoptar las medidas necesarias para una correcta recuperación y más, cuando se trata de una persona mayor, que necesita muchas más atenciones.
Dado que frecuencia de ictus aumenta con la edad, el ictus afecta principalmente a población geriátrica; así, la prevalencia se sitúa entre 4.012 y 7.100 casos por cada 100.000 habitantes mayores de 64 años.
Más impactantes resultan aún aquellos aspectos cualitativos relacionados con la morbilidad y la discapacidad tras un episodio de enfermedad cerebrovascular aguda, así como la nutrición adaptada.
¿Cómo proceder?
En caso de que el paciente que ha sufrido un Ictus sea una persona mayor, existen centros específicamente adaptados para las recuperaciones de Ictus.
Existen residencias de ancianos que cuentan con Unidades de Ictus con tratamientos, cuidados y profesionales especialmente cualificados para adaptar las circunstancias en torno a la recuperación de una persona mayor que ha sufrido un Ictus.
El índice de recuperación es muy alto si se toman medidas inmediatas e inminentes de la mano de profesionales expertos en entornos adaptados, como es el caso de una residencia con unidad de recuperaciones de Ictus.
En este proceso de recuperación es esencial llevar una vida sana, intelectualmente activa, con una nutrición adecuada.
Diversos estudios han observado cómo la práctica de juegos sencillos de mesa o de cartas, o de determinados videojuegos, puede mejorar la rehabilitación tras un ictus.
Otras actividades, como la musicoterapia, la pintura o los talleres de lectura para mayores, pueden ayudar a recuperar el habla mediante el restablecimiento de conexiones neuronales perdidas.
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Las personas que la inician dentro de la primera semana tras el ingreso en una residencia especializada presentan mejores resultados a largo plazo que aquellas que inician su rehabilitación con posterioridad.
Esta recuperación debe llevarse a cabo por parte de un equipo multidisciplinar formado por fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos, neurofisiólogos, neurólogos y trabajadores sociales.
¿Cómo ganar la batalla al Ictus?
Los pacientes y familiares deben involucrarse activamente con este equipo, si es posible, desde el inicio y durante todo el proceso de rehabilitación.
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