viernes, abril 19, 2024
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LA SALUD BUCODENTAL NO PUEDE SEPARARSE DE LA SALUD GENERAL

España es uno de los países europeos más afectados por el envejecimiento de la población, ya que el 17,1% de la población son personas mayores de 65 años. Las caries afectan al 90% de la población, siendo el principal problema de salud bucal más común en las consultas de los dentistas. ¿Las causas? Los hábitos de higiene dental que se desprenden de la Encuesta de Salud Oral, que anualmente realiza el Consejo General de Colegios de Dentistas de España, refleja que el 30% de los españoles solo se lava los dientes una vez al día, a lo que se suma que un porcentaje importante no renueva el cepillo de dientes, una situación que se agrava sobre todo entre los más mayores.

La enfermedad periodontal comienza a manifestarse a los 25 años, y tiene su desarrollo hasta los 50 años. A partir de esa edad, notamos que las raíces de los dientes quedan más al exterior y su movilidad es mayor, terminando por perder piezas con el paso del tiempo. “Existe un problema cultural de higiene y mantenimiento en nuestro país y eso lo notamos en la actualidad”. Según una encuesta que publicó la Fundación Dental española y Colgate, cada vez se acude más al dentista, aunque sigue siendo insuficiente. Debemos de acudir por lo menos una vez al año. El problema que tiene una persona de más de 60 años es la economía y el gasto en implantes, coronas de cerámica o endodoncia”, asegura el doctor Ignacio Corral, estomatólogo y asesor científico de Colgate, que tiene muy claro que “los mayores en España necesitan más ayuda y financiación para poder arreglarse la boca”.

ENTRE LAS COMPLICACIONES MÁS FRECUENTES A ESTAS EDADES ENCONTRAMOS:

  • Caries: infección del diente.
  • Caries radicular: se da en la raíz del diente, en la unión de éste con la encía. En la tercera edad pueden ser una importante causa de pérdida de las piezas.
  • Enfermedad periodontal: gingivitis y periodontitis.
  • Patologías en la articulación temporomandibular: artritis y artrosis.
  • Tumores bucales: el 10% son malignos, siendo generalmente detectados tardíamente para su correcto tratamiento.
  • Pulpitis: inflamación del nervio del diente por caries dental o irritación dental, es muy doloroso.
  • Bruxismo: rechinamiento, fricción y/o oclusión fuerte de los dientes superiores con los inferiores, especialmente los de la parte posterior. Es consecuencia de la abrasión (desgaste dental por ingesta alimenticia) y efracción (fractura del diente por exceso de fuerza masticatoria).

REPERCUSIONES EN LA VIDA DIARIA

Así, reconocen los expertos, “los beneficios de una buena salud oral son evidentes, como evidentes son las repercusiones de una mala salud, tanto en la salud en general como en la calidad de vida, por su influencia negativa sobre la capacidad de comer o hablar y por sus relaciones con la autoimagen y la autoestima, sin olvidar su papel en las relaciones sociales”. Teniendo en cuenta que las enfermedades orales tienen un profundo impacto en la salud general y en la calidad de vida de las personas, y son particularmente importantes en los pacientes de edad avanzada, los expertos aconsejan extremar los “hábitos de higiene bucodental y mantener una mayor prevención”, visitando periódicamente al especialista para resolver los problemas derivados del envejecimiento dental así como recibir asesoramiento de los últimos avances en odontología para devolver toda la funcionalidad a la cavidad oral con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente.

Pero, a pesar de las recomendaciones, las personas mayores reciben tarde y pocos cuidados bucodentales, respecto a los adultos. Porque, es cierto que en España, el estado de salud bucodental de nuestros mayores es bastante precario. Entre las razones que pueden estar provocando este rechazo encontramos:

  1. Aceptación generalizada, de que es inevitable e irreversible la pérdida dental con la edad. Con una actitud fatalista de las personas mayores, que consideran las discapacidades y el dolor como parte inherente del envejecimiento.
  2. Una baja percepción de sus necesidades, tanto preventivas como de tratamiento bucodental por parte del paciente y sus familiares; el temor y ansiedad, posiblemente basados en una mala experiencia en la juventud, relacionadas con el tratamiento bucodental, más sí requiere una intervención aunque sea pequeña.
  3. Falta de información, con ideas erróneas sobre los tratamientos bucodentales; la actitud de los odontólogos, que en algunos casos, están llenos de prejuicios e ignorancia sobre el paciente y sus patologías más prevalentes.
  4. El coste económico elevado del tratamiento bucodental, ya que es en su mayoría de carácter privado, teniendo en cuenta los escasos medios económicos de muchas personas mayores. Existe un gradiente de clase social para las enfermedades bucodentales, siendo estas más frecuentes en clases bajas.
  5. Las dificultades de acceso a los servicios dentales, con falta de condiciones de accesibilidad de la consulta; hábitos de salud desfavorables como la falta higiene oral, incluyendo acudir al dentista, han aumentado con la edad.

Por eso, es importante tener en cuenta que la salud bucodental no puede separarse de la salud general. Se sabe que los desórdenes orales, tienen un profundo impacto en la calidad de vida del paciente, ya que influyen en su salud física: en la capacidad para tragar, comer y hablar; en su salud mental al influir en la autoimagen; y en el rol social, facilitando los contactos sociales y una vida activa. Por ello, no hay que olvidar que nuestra boca es una parte integrada en nuestro organismo, y que cuando aparece una enfermedad en ella, se pueden originar alteraciones en otras zonas o áreas de la salud del paciente.

CUMPLIR AÑOS NO DEBE SIGNIFICAR DISMINUIR LA HIGIENE BUCODENTAL

En general, ¿cuál es el estado general de la salud bucodental de los mayores?

El estado de salud bucodental de nuestros mayores depende de muchos factores pero, en general, suele ser regular. Un 80%, de las personas mayores son portadoras de prótesis removibles (ya sean parciales o completas) para reponer piezas dentales desaparecidas y el 20% restante llevan prótesis fijas o no necesitan por no haber perdido sus dientes.

¿De qué depende que esté en buen estado o no?

El estado de la boca en general depende principalmente de los cuidados que se le hayan proporcionado a lo largo de la vida, de haber tenido hábitos saludables (el tabaco y el abuso del alcohol hacen que con el paso de los años aumente el riesgo de enfermedad periodontal con la consecuente pérdida de hueso, inflamación de las encías y movilidad dentaria), no haber padecido enfermedades sistémicas y también la suerte de tener una buena herencia genética.

¿Cómo se puede mantener una buena salud bucodental a partir de los 65 años?

Cumplir años no debe significar disminuir la higiene bucodental. Las personas mayores deben seguir cepillándose tres veces al día los dientes naturales y, si son portadores de prótesis, también las deben cepillar y limpiar después de cada comida para evitar que se acumulen restos de comida que pueden producir, entre otras cosas, enfermedades de las encías y halitosis.

¿Cuáles son los cambios ligados al envejecimiento que afectan a la salud bucodental?

Hay cambios normales en los dientes debidos a la edad como son el desgaste de las coronas de los dientes, la pérdida de color y de brillo del esmalte y la retracción del tejido gingival. Son cambios naturales pero deben ser observados por el odontogeriatra y evaluar si alguno de ellos deben ser tratados o simplemente revisados cada cierto tiempo. Por eso no deben olvidarse las revisiones semestrales.

Debido a que las personas mayores a veces suelen padecer enfermedades, ¿cómo afectan éstas a la salud bucodental?

En pacientes mayores con enfermedades de deterioro cognoscitivo (demencia senil, Alzheimer, etc.) la ayuda de familiares y cuidadores es fundamental para intentar mantenerles la salud bucodental. Si es posible cepillarles se debe hacer con mucho cuidado para no lesionarles los tejidos blandos y si son portadores de prótesis dentales retirárselas y limpiarlas después de cada comida.

Hoy en día hay tratamientos novedosos para pacientes mayores que por cualquier circunstancia de las anteriormente expuestas hayan perdido sus dientes naturales y no se adapten a las prótesis removibles tradicionales. Me refiero a los implantes osteointegrados. Con dos o tres implantes en cada maxilar se puede conseguir hacer una prótesis semi-fija con la que la persona mayor se encontrará mucho más confortable ya que se evita la movilidad tan incómoda que produce la falta de tejido de soporte y que la mayoría de las veces ni los buenos adhesivos protésicos consiguen fijar.

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Redacción Revista Ballesol
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Equipo de redacción de la Revista Ballesol
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