¿Envejecer mejor? No se puede frenar el paso del tiempo, pero sí podemos enfrentarlo de distinta manera.
Así lo explica la psicóloga, experta en mindfulness Belén Colomina:
«A partir de los 40 vienen nuevas preocupaciones. El cuerpo cambia, la energía física es menor y también son diferentes las metas, proyectos y deseos. Se desvelan nuevas exigencias sociales que pueden preocuparnos, como el miedo a no encontrar o a perder un trabajo, la exigencia de cumplir con un estándar de posicionamiento social o familiar o el temor a perder la salud. Y con todo, el paso del tiempo nos trae un nuevo reto: aprender a aceptar los cambios. Porque envejecer es inevitable y natural, necesitamos entrenar nuestro cuerpo y nuestra mente para sacarle el mejor rendimiento, así como adquirir una actitud positiva”.
Ganar años en mejores o peores condiciones depende de nosotros mismos pero ¿realmente es posible envejecer bien?
La fotógrafa y exmodelo holandesa Denise Boomkens ha convertido su trabajo en una inspiración para las personas mayores.
Hay cosas que solo se van a aprendiendo con la experiencia y el paso de los años, y por eso renunciar a hacerse mayor sería renunciar a esa ‘sabiduría’.
Envejecer con positivismo
Pero sin embargo, todos hemos pensado alguna vez ‘ojalá hubiera sabido esto antes’. Pues Boomkens ha lanzado algunas ideas que seguro te gustará oír antes de que la experiencia te las ponga más dificil:
- Ser sabio no consiste en saber todas las respuestas.
- Los defectos son únicos, hermosos y agradables.
- A veces, lo mejor que puedes hacer es nada.
- No tengas miedo de preguntar, ni de pedir ayuda
- Amarse a uno mismo (tu cuerpo, cabeza y alma) no es egoísta, sino necesario para una vida sana.
- La perfección absoluta es ficción.
- Ser auténtico es una cuestión de elección.
Además, según la Revista Hola existen algunas actividades que pueden ayudarnos a envejecer más felices y mejor.
Ser agradecido
Ser agradecido y saber cuándo los demás necesitan nuestra ayuda también forman parte de los hábitos que nos ayudan a mantener una mente más joven y activa a pesar de la edad.
Hablar con uno mismo
Contribuirá a la aceptación del momento presente y a darle mayor atención, presencia y valor.
Aprender
Si bien es cierto que cuando somos pequeños aprendemos más rápido, cuando somos mayores lo hacemos con mayor ilusión.
Desconectar y pasar tiempo libre
Hoy en día dedicamos más tiempo a mirar la pantalla del teléfono que a nuestros amigos y necesidades tan básicas como la calidad del descanso.
Cerca del 25% de la población de entre 18 y 65 años se considera adicta al móvil, según un reciente estudio de Rastreator.
Esto tiene consecuencias para nuestra salud física y psicológica. Según la psicóloga Alba Valle, «en una realidad tan cambiante, donde no paran de ocurrir cosas, cuanto más tiempo invertimos en el móvil sintiendo que estamos conectados a la realidad y a la gente, más sentimos que fuera del móvil corremos el riesgo de que nos olviden, de que la gente no esté tan pendiente, de perdernos alguna noticia de algún grupo… Esto genera sensación de ansiedad y mantiene el bucle por el que estamos más tiempo inmersos en ello”, explica Valle.
El resultado de esta espiral perversa es un aumento de los niveles de insatisfacción, fatiga y estrés, algo que afecta a nuestro envejecimiento.
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