Cada 12 de noviembre, se conmemora el Día Mundial contra la Neumonía, una enfermedad respiratoria que sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo.
Este día se convierte en una oportunidad clave para sensibilizar sobre su impacto, especialmente en la población de la tercera edad, uno de los grupos más vulnerables a sufrir complicaciones graves.
Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía es responsable de aproximadamente 2,5 millones de muertes al año, y una gran proporción corresponde a personas mayores de 65 años.
El envejecimiento del sistema inmunológico y la coexistencia de otras enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, agravan el riesgo en este grupo. De hecho, la Alianza Mundial contra la Neumonía Infantil señala que la incidencia en adultos mayores supera por mucho a la de otros grupos etarios.
Factores de riesgo y gravedad de la Neumonía
La neumonía es una infección que inflama los sacos aéreos de los pulmones, conocidos como alveolos, que pueden llenarse de líquido o pus, dificultando la respiración.
En personas mayores, los síntomas pueden ser menos evidentes que en personas jóvenes, y a menudo se confunden con otras dolencias, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Entre los principales factores de riesgo para los ancianos se encuentran el tabaquismo, la desnutrición, el uso prolongado de esteroides y la exposición a ambientes hospitalarios.
Prevención, la clave para salvar vidas
Afortunadamente, existen medidas preventivas eficaces para proteger a la tercera edad de la neumonía. La OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación como una de las herramientas más importantes.
La vacuna antineumocócica, junto con la vacuna anual contra la gripe, puede reducir drásticamente el riesgo de contraer infecciones respiratorias graves.
Además de la vacunación, es fundamental fomentar hábitos saludables. Mantener una buena higiene respiratoria, como lavarse las manos con frecuencia y usar mascarilla en entornos concurridos, reduce la posibilidad de transmisión de bacterias y virus.
La alimentación balanceada y la actividad física moderada también contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico.
En el Día Mundial contra la Neumonía, recordamos la importancia de actuar a tiempo para proteger a las personas mayores. La prevención, combinada con la detección temprana, puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y complicaciones graves.
Las familias y cuidadores tienen un papel clave en promover estas medidas y garantizar que sus seres queridos reciban la atención y protección necesarias.
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