SERVICIO DE TELEASISTENCIA EN BALLESOL

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El servicio de Teleasistencia del Grupo Ballesol tiene la función de facilitar la atención domiciliaria a través de la línea telefónica, las 24 horas del día y los 365 días del año. Un equipo de profesionales especializados se encarga de dar la respuesta adecuada a cada necesidad, bien por sí mismo o movilizando otros recursos humanos o materiales, con el fin de posibilitar a las personas mayores el desarrollo de una vida normalizada y la permanencia en el propio entorno. Es lo que le sucede al Padre Juan y a María Jesús Aguiar, usuarios de este servicio, en el que la mediación de la palabra y un lenguaje que inspira confianza y seguridad son fundamentales.

PADRE JUAN

Si la paz tuviese una silueta tendría la de este hombre. Un gran hombre, un santo que habla y dice verdades desde el púlpito de una residencia Ballesol cada domingo. La naturalidad con la que expresa la misericordia se refleja en su mirada. Tal vez por eso se encuentra con fieles “que esperan sentados incluso una hora antes de misa”. Al padre Juan Ardura, “el cura de toda la vida” para cualquier residente de Ballesol, todavía le conmueve la fe de tanto creyente. A acompañar personas ha dedicado la mayor parte de su vida académica y eclesiástica. Obtuvo el doctorado en Teología y la licenciatura en lingüística y periodismo. Ha sido profesor de Filosofía, Literatura y Religión del Rey de España, D. Felipe VI, en el Colegio Rosales donde conoció a la familia Vivas, ya que sus hijos también fueron alumnos de este colegio. Mantiene con la familia Vivas -y con Dª. Lola en especial- una amistad incondicional, ha casado a todos sus hijos y bautizado a sus nietos, además de bendecir muchos de los centros Ballesol. El día de la inauguración de uno de ellos en Valencia, recuerda lo que el alcalde de la ciudad les dijo a él y a Dª. Lola Soler después de un discurso largo y emotivo: “Quería comentaros a los dos que vamos a empezar la campaña electoral y estoy dispuesto a contrataros porque no he encontrado a nadie con vuestro verbo y verdad”. La anécdota le sirve al Padre Juan para hablar de la complicidad y fraternidad que mantienen. Hace poco más de un año sufrió un ictus en Bruselas, donde había ido a bautizar a una persona. A su vuelta se lo comentó a Beni Rodriguez, directora de Ballesol Parque Almansa, “ese mismo día ya me puso en contacto con el servicio de teleasistencia, y desde entonces, es como tener una persona pendiente de mí diariamente”. Y eso que no las conoce, pero subyace entre sus palabras un sentimiento de tranquilidad y agradecimiento que confiesa con una elogiable distinción: “A diferencia de la Seguridad Social, en el servicio de teleasistencia de Ballesol saben quién soy yo, la medicación que tomo, cómo he estado la semana anterior… Es como -acompaña con una carcajada generosa- dormir acompañado, pero de manera virtual”.Aunque nunca imaginaba necesitar este tipo de servicio, está convencido de que “salva vidas”. La suya, por cierto, está mejor que nunca, en parte debido a “Ballesol que ha sido una bendición para mí porque he conocido a santos de verdad, buena gente. Es mucho más que un centro residencial”, se despide con un abrazo cargado de bondad.

MARÍA JESÚS AGUILAR

En la casa de María Jesús Aguiar siempre está llena de personas. Vive con una de sus hijas, pero por allí pasan nietos, familiares, amigos y una persona que cuida de ella. Una vida tranquila y plácida. Nació en Valladolid, se crió en Galicia y maduró trabajando en París. De aquella niña sigue teniendo mucho a los 87 años. Mantiene la curiosidad por las cosas, la mirada noble y una agradable voz que transmite paz. Su adaptación a las circunstancias es digna de elogio. “Aunque los huesos se quejan más de lo que desearía”, su lamento es breve, después no hay más quejas. Cuando está en casa se mueve con precisión con un bastón, que sólo abandona en el momento de salir a la calle. No lo hace sola, porque siempre la acompañan para los recados, las necesidades y los placenteros paseos. Y es aquí donde resalta la atención que recibe de Ballesol desde hace diez años. “Me informé por internet, comparé, vi el servicio de teleasistencia claro y profesional que ofrecían… y hasta la fecha estoy encantadísima” con Mari Carmen, Sandra y el resto del equipo. Todos los días – repite encantada- la llaman a la misma hora, las doce de la mañana: ¿qué tal ha pasado la noche? ¿qué planes tiene para hoy? ¿necesita algo? al tiempo que la recuerdan que no se olvide de colgarse el pequeño terminal “que se puede utilizar para cualquier necesidad que requiera del servicio de teleasistencia”. En este tiempo sólo lo ha utilizado en cuatro ocasiones. “La respuesta fue inmediata, localizan tu situación, analizan tus requerimientos, y si necesitas una ambulancia para un traslado, la tienes en unos pocos minutos”. De vuelta a casa nos confiesa que se siente más independiente. Al otro lado tiene a Ballesol, y aunque la gustaría ponerle rostro a las voces, siente que aquellas personas que siempre la dan los buenos días, “cuidan muy bien de mí, en lo físico y en lo emocional, y eso te reconforta y te da seguridad”.

LA TRANQUILIDAD DE TENERNOS SIEMPRE A SU LADO

• Atención inmediata las 24 horas, los 365 días del año

• Seguimiento personalizado en cualquier comunidad autónoma

• Conversación ante situaciones de soledad con llamadas de acompañamiento y seguimiento del usuario

• Un terminal sencillo, cómodo y fácil de usar

• Recordatorio de medicación, citas médicas o fechas importantes

• Compromiso con la atención de calidad

• Aviso a familiares o amigos ante cualquier emergencia