El 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Para visibilizar este trastorno del neurodesarrollo que forma parte del espectro autista. Aunque el Síndrome de Asperger fue reconocido como una categoría independiente durante décadas.
En la actualidad se clasifica dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sin embargo, quienes presentan esta condición muestran características particulares que los diferencian de otros grados del espectro.
El Síndrome de Asperger se asocia principalmente con dificultades en la comunicación social, intereses restringidos y patrones de comportamiento repetitivo. A diferencia de otras formas de TEA, las personas con Asperger no suelen mostrar retrasos significativos en el desarrollo del lenguaje ni en sus habilidades intelectuales. Por esta razón, muchas veces el diagnóstico llega en edades más avanzadas. Cuando las diferencias en la interacción social se hacen más evidentes.
Por otro lado, el autismo, en su expresión más amplia, puede incluir un rango de desafíos mucho mayor. Déficits en la comunicación verbal, retrasos en el aprendizaje o dificultades sensoriales severas. Aunque ambas condiciones comparten un núcleo común, las experiencias y necesidades de las personas con autismo pueden ser más complejas.
Comunicación, habilidades sociales e intereses: las claves distintivas
Una de las diferencias más notables entre el Asperger y otros grados de autismo es la forma en que las personas interactúan socialmente.
Las personas con Asperger suelen tener interés en relacionarse. pero enfrentan dificultades para interpretar señales sociales sutiles como el tono de voz, los gestos o el lenguaje corporal.
El lenguaje es otro factor diferenciador: en el Asperger, el desarrollo lingüístico suele ser normal. Aunque con un estilo de comunicación que a veces puede parecer formal o monótono. En el autismo, es frecuente encontrar retrasos en el habla o incluso ausencia de lenguaje verbal.
Hacia una comprensión inclusiva
Reconocer las diferencias entre el Síndrome de Asperger y otros grados TEA ayuda fomentar una sociedad más inclusiva. Cada persona, independientemente de su diagnóstico, merece respeto y apoyo para desarrollar su máximo potencial.
Te puede interesar:
Uno de cada 160 niños tiene Autismo
El Síndrome de Asperger: Un desafío y una oportunidad para la sociedad