Aunque los problemas de comunicación son prominentes, la sordoceguera no se limita únicamente a ellos. La combinación de la pérdida de ambos sentidos tiene un impacto significativo en varios aspectos cruciales de la vida, lo que restringe el crecimiento personal en distintos ámbitos y complica las actividades diarias.
Según la ONCE, estos son los principales problemas a los que se tiene que enfrentar una persona sordociega.


El uso del tacto como herramienta de comunicación
Para las personas con sordoceguera, el tacto y la propiocepción son canales esenciales para obtener información, comunicarse y aprender.
Incluso si la persona cuenta con restos de visión y/o audiciones funcionales, el tacto sigue siendo la vía más segura para acceder a la información y el mundo que la rodea.
El uso del sistema Braille, mediante el tacto, es fundamental para la comunicación y el intercambio de información en este grupo de personas.
El acceso a la Educación
Las personas con sordoceguera enfrentan dificultades para adquirir conocimientos debido a la falta de modelos de actuación y comunicación observables, lo que limita su acceso a información y aprendizaje sin intervención externa.
Por lo tanto, la educación requiere de profesionales capacitados para orientar y mediar entre la persona y su entorno, motivando la interacción y el aprendizaje.
En el «aprendizaje mediado», la calidad de la interacción entre el profesional y la persona es crucial para lograr un aprendizaje efectivo y activo.
Para aquellas personas con sordoceguera que han desarrollado lenguaje y han tenido experiencias visuales o auditivas previas, el objetivo es adaptarse a su nueva circunstancia y aprender nuevas formas de percibir, comunicarse, acceder a información y vivir de manera independiente, con la ayuda de tecnología como soporte fundamental.
Aislamiento social y comunicativo
La sordoceguera es considerada la discapacidad que más aislamiento genera en las personas, especialmente en este colectivo.
En el caso de la sordoceguera congénita, la falta de conocimiento del entorno y la ausencia de un sistema de comunicación puede provocar desinterés por interactuar, lo que requiere la intervención de un adulto para fomentar la curiosidad y la relación con los demás.
En la sordoceguera adquirida, el primer desafío es aprender o adaptar el sistema de comunicación para mantener el contacto con las personas y acceder a la información.
En ambos casos, es esencial evitar el aislamiento mediante la intervención de recursos humanos y técnicos necesarios para evitar las consecuencias psicológicas negativas que pueden afectar el desarrollo personal de las personas con sordoceguera.
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