SANTOS ANÓNIMOS
Por voluntad propia estoy en la Residencia de ancianos Ballesol (escrito Balle con B). Aun admitiendo la realidad humana con sus múltiples enfermedades y dolencias, he llegado a la conclusión de que aquí la generosidad humana es infinita por parte de cuantos atienden a las personas ingresadas, a quienes deparan un trato especial y cariñoso, con la máxima paciencia y siempre con la sonrisa en los labios.
Sigue, pues, habiendo santos anónimos en este mundo y en particular en esta Residencia, por la deferencia y paciencia con que se trata a los ingresados, entre los cuales soy yo un protagonista más. Por eso, arropándome la representación de la mayoría de los residentes, doy las gracias más cordiales a la Dirección de la empresa que con tanto cariño y acierto dirige esta Residencia, estimulándolos a que sigan por este camino para bien de todos los residentes y de la propia empresa.
D. PASCUAL ROMERO
Ballesol Puerta Del Carmen, Zaragoza