LOS TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO

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AFECTAN A LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES

Las alteraciones del equilibrio, mareo, vértigos, afectan a un porcentaje amplio de la población y parecen ser más prevalentes entre las personas mayores de 65 años. Sin embargo, aunque el mareo y el vértigo son síndromes diferentes en muchos casos resulta muy complicado establecer una diferencia al 100%”, explica Carlos Gil Sanz, jefe de Medicina Interna del hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Cerca del 18% de la población española es mayor de 65 años, y es evidente que este porcentaje está en aumento. Conociendo que entre un 10-15% de los pacientes que visitan una consulta especializada de ORL son mayores de 65 años y de estos casi el 40% consulta por problemas de equilibrio, podemos concluir que ésta es una patología muy prevalente. “Cada vez vivimos más años y evidentemente las alteraciones de nuestro equilibrio pueden limitar notablemente nuestra calidad de vida en este período de la misma”, señala Manuel Papí.

Por tanto, las alteraciones del equilibrio son más frecuentes en las personas de edad avanzada. La propia involución de nuestro organismo condiciona que los complejos sistemas (visual, vestibular y somatosensorial) encaminados a mantener el equilibrio, sean deficitarios, indica el especialista del hospital USP San Jaime. “A este conjunto de alteraciones ligadas a la edad que acontecen de forma global en todos estos sistemas se les denomina presbiastasia, mientras que aquellas alteraciones específicas del órgano del oído interno (vestíbulo) se las denomina presbivértigo. Por tanto, para Manuel Papí se puede decir que existen vértigos “del anciano” y existen vértigos “en el anciano”. “Los primeros están ligados a la involución y los segundos están producidos por enfermedades que no siendo específicas del paciente sí acontecen con mayor frecuencia”.

En estas edades, además, las alteraciones del equilibrio de por sí complejas, se asocian a otros trastornos ajenos a los sistemas específicos del equilibrio (visual, vestibular, somatosensorial) como son alteraciones músculo-esqueléticas, neurológicas, cardiovasculares, endocrinas y farmacológicas. Además, recuerda, no hay que olvidar que muchos pacientes en estas edades toman fármacos que alteran el normal funcionamiento del equilibrio como efecto secundario frecuente, un aspecto que tendrá que ser tenido muy en cuenta en la valoración del paciente.

Los mareos y los vértigos pueden tener distinto origen. Sin embargo, en las personas mayores suelen estar provocados por el propio proceso de envejecimiento lo que complica su diagnóstico y afecta a la calidad de vida de los afectados

DIAGNÓSTICO

Antes de hablar de los métodos diagnóstico y de los tratamientos es preciso determinar si los vértigos y mareos son síntomas de enfermedades o son una enfermedad por sí mismo. Según Manuel Papí, en la mayoría de los casos es una crisis aislada o repetida de vértigo o inestabilidad estará provocada por alteraciones o enfermedades específicas del órgano vestibular del oído interno. Para ello disponemos de una importante batería de pruebas complementarias como la videonistagmografía, pruebas calóricas, posturografía, potenciales auditivos troncoencefálicos, audiometría, otoemisiones acústicas y pruebas de imagen sofisticadas como la resonancia magnética nuclear que actualmente nos permite explorar el nervio de la audición y del equilibrio así como el resto del parénquima cerebral de forma detallada pudiendo localizar lesiones milimétricas. Es necesario contar también con la colaboración de otros profesionales médicos que descarten o diagnostiquen otras localizaciones ante estos síntomas.

El diagnóstico del vértigo o mareo en las personas mayores, y también en las jóvenes plantea ciertas complicaciones, aunque afortunadamente cada vez contamos con técnicas de exploración del equilibrio más sofisticadas y precisas. Esto ha motivado el desarrollo de Unidades específicas de estudio y tratamiento de los trastornos del equilibrio para ofrecer una asistencia individualizada con esquemas de tratamiento específicos basados en la Reeducación del equilibrio. Hace 11 años el Servicio de ORL del Hospital USP San Jaime inició el desarrollo de una Unidad de Estudio y Tratamiento de los trastornos del equilibrio. Actualmente, dice Manuel Papí, “disponemos de todos los medios diagnósticos en la valoración del equilibrio, destacando el posturógrafo estático que en estrecha colaboración con el Servicio de Rehabilitación nos está permitiendo desarrollar programas específicos de Rehabilitación del equilibrio individualizados y ajustados a los problemas concretos de cada paciente”.

El diagnóstico del vértigo o mareo en las personas mayores, y también en las jóvenes plantea ciertas complicaciones, aunque cada vez contamos con técnicas de exploración del equilibrio más sofisticadas y precisas

Así geriatras, neurólogos, otorrinolaringólogos, traumatólogos, oftalmólogos, cardiólogos, radiólogos y rehabilitadores deben aunar esfuerzos e interactuar en la resolución de estos complejos problemas de salud que terminan por afectar la calidad de vida del paciente. Por ejemplo, el otorrinolaringólogo dispone de pruebas complementarias como la videonistagmografía, posturografía, potenciales evocados auditivos, audiometrías, otoemisiones acústicas, potenciales vestibulares miogénicos que nos permiten conocer mejor el funcionamiento del órgano vestibular y del equilibrio global del paciente, permitiendo así identificar el órgano u órganos deficitarios y las posibilidades terapéuticas para el paciente de forma individualizada. Si se sospecha por el contrario de manifestación neurológicas, entonces, dice Carlos Gil Sanz, son los neurólogos los que disponen de una batería de pruebas diagnósticas, y lo mismo ocurre en cardiología, etc.

Para Manuel Papí, la principal dificultad diagnóstica en las personas mayores viene determinada por su origen frecuentemente multifactorial, siendo difícil situar la frontera entre el envejecimiento fisiológico y lo patológico. “Son pacientes que aúnan alteraciones visuales, vestibulares, sensoriales, músculo-esqueléticas, cerebelosas, neurológicas, cardiovasculares, farmacológicas, endocrinológicas; que hacen extraordinariamente difícil el diagnóstico causal y que obligan a una atención multidisciplinar”.

Explica Manuel Papí que cuando se han valorado todos estos aspectos la valoración global del equilibrio con el posturógrafo estático puede permitirnos realizar un programa posterior individualizado de reeducación basado en el propio posturógrafo donde el médico rehabilitador intentará potenciar aquellos sistemas que permitan al paciente compensar mejor su desequilibrio global. “Este abordaje en el contexto de una Unidad específica de estudio y tratamiento de los trastornos del equilibrio puede mostrarse eficaz en la mejora de la situación global del equilibrio permitiendo mejorar la calidad de vida de los pacientes y reduciendo el riesgo de caídas, sobre todo en el paciente de edad avanzada”. Porque una de las consecuencias más importantes del síndrome mareo-vértigo en las personas mayores es su influencia en la calidad de vida. “Genera mucha inseguridad en las personas que lo sufren; terminan por tener miedo a salir solos, a caminar y acaban encerrados en sus casas. No hay que olvidar que es una causa de caídas y, por eso, su actividad diaria queda muy limitada, y su calidad de vida mermada”, afirma Carlos Gil Sanz.

UN SISTEMA COMPLEJO

En el mantenimiento del equilibrio interactúan tres sistemas sensoriales complejos: el sistema visual, el sistema vestibular (es el órgano del equilibrio del oído interno) y el sistema somatosensorial que es el encargado de informar al cerebro de la posición de nuestras extremidades (piernas, brazos…). Toda esta lluvia de información debe ser procesada por nuestro sistema nervioso central, de forma instantánea, mediante complejas vías nerviosas, explica el experto del Hospital USP San Jaime. “Cuando todo esté entramado funciona de forma coordinada y congruente, nuestro equilibrio es adecuado”.

Por tanto, cualquier tipo de enfermedad o alteración de alguno de estos sistemas o de sus vías de conexión pueden provocar vértigo, entendido aquí como cualquier alteración del equilibrio estático o dinámico. Así podríamos hablar de vértigo visual, vértigo de origen vesicular o vértigo asociado a disfunciones del sistema somatosensorial. En pacientes de edad avanzada las alteraciones del sistema somatosensorial juegan el papel más importante en los trastornos y dificultades en el mantenimiento del equilibrio global. En edades menos avanzadas suelen ser los trastornos específicos del órgano vestibular la principal causa de las alteraciones del equilibrio y, entre estas, destaca una forma típica de vértigo llamada vértigo posicional paroxístico benigno, o el vértigo de Méniere. “Por tanto, la lista de causas que pueden producir mareo es extensísima, se hace necesario estudiar al paciente con problemas de equilibrio dentro de unidades específicas de diagnóstico y tratamiento y dentro de un abordaje multidisciplinar”.

¿QUÉ ES EL MAREO Y EL VÉRTIGO?

El mareo es un síntoma muy amplio. Suele describir cualquier sensación de desequilibrio, inestabilidad y en ocasiones de malestar general, señala Manuel Papí Zamora, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital USP San Jaime de Torrevieja (Alicante). “Puede ser un síntoma extraordinariamente inespecífico que el paciente puede utilizar para expresar dolencias reales del sistema del equilibrio, pero también para expresar otras alteraciones de origen cervical, cardiovascular, psicológico, visual, estado anímico, etc.”

En cuanto al vértigo, éste es un síntoma más definido. “Viene del latín “verteré” que significa girar o dar vueltas. Por tanto, podríamos decir que el vértigo es una sensación de mareo característico en la que el paciente describe claramente una sensación ilusoria (no real) de movimiento de sí mismo, o del entorno que lo rodea. Suele ser un síntoma secundario a una alteración específica del órgano del equilibrio del oído interno llamado laberinto u órgano vestibular. Cuando el vértigo es producido por esta alteración suele acompañarse de sensación nauseosa, vómitos, palidez cutánea, taquicardia pudiendo durar segundos, minutos u horas”, explica Manuel Papí.

EN CUANTO A LOS TRATAMIENTOS:

  1. Es fundamental abordar al paciente añoso con desequilibrio de forma conjunta resolviendo y atendiendo alteraciones de índole neurológica, muscular, esquelética, cardiovascular, endocrina, vestibular y visual.
  2. En estas edades no solo hablamos de mejorar la calidad de vida del paciente sino que mejorar el equilibrio global puede ser fundamental para prevenir caídas accidentales que impliquen importantes secuelas posteriores.
  3. En muchos casos, cuando no hay causas aparentes del mareo-vértigo, se recetan medicamentos como los vasodilatadores, pero no se ha demostrado claramente su efectividad.