Alcachofas: con un alto poder diurético y protector del hígado, poseen un gran contenido en fibra, previniendo el colesterol y la diabetes. Se pueden preparar de mil formas, en guisos con patatas y carne, rebozadas… previamente cocidas, fritas, en menestra… también es muy beneficioso el caldo de su cocción.
Setas: hay multitud de variedades y usos, aunque se pueden adquirir secas y después hidratarlas, las frescas son deliciosas, destacan por su alto contenido en fibra, vitamina A y D. Sin aportar apenas calorías, en la cazuela son un tesoro, salteadas, en salsa, con carne, en ensaladas, con verduras, con arroces y pastas: imprescindibles.
Coliflor: Con poquísimas calorías es rica en potasio y ácido fólico, una buena fuente de fibra y vitamina C. En el plato resulta deliciosa en crema, cociéndola sencillamente y añadiendo un poco de nata al final; cocida, rehogada con jamón, partida muy pequeña en crudo para ensaladas dado que aporta textura, rebozada ,hasta gratinada con bechamel.
Endibias: Junto con la escarola es la verdura propia de las ensaladas invernales, rellenas de láminas de zanahoria, con una suave salsa de queso roquefort sencillamente laminada, pero también se pueden tomar calientes, cocidas, gratinadas o en crema. Además de ser diuréticas son ricas en potasio y tienen una buena cantidad de fibra.
Repollo: Además de resultar delicioso en crudo, el repollo es una de esas verduras de invierno que tienen mil utilidades: para guisos con caldo, rehogado con pimentón, en ensalada con embutidos. Por si fuera poco es muy económico y poco calórico.