Actualmente, en España, hay alrededor de 1.200.000 personas sordas con discapacidad auditiva, y de ellas el 3% solo puede comunicarse mediante la lengua de signos.
Según datos de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), en España hay 2.800 intérpretes de lengua de signos acreditados, pero solo el 25% trabaja de ello, por lo que se calcula que hay un intérprete por cada 150 personas sordas y con discapacidad auditiva. Y es que las personas sordas aseguran sentirse extranjeras en su propio país. No se consideran incluidos a pesar de ser miles.
La Confederación comenzó una campaña de sensibilización para que las personas sordas no se consideren “extranjeras en su propio país”. Quieren mostrar la realidad de estas personas, cómo es que se sienten al enfrentarse a determinadas situaciones y deshacer cualquier barrera que les separe de la sociedad.
Como ayudan las tecnologías a la accesibilidad de los sordos
Lo que hace unos años parecía impensable era que las personas sordas pudieran usar la tecnología para beneficiarse de ella, hoy en día es una realidad y es que los principales dispositivos tecnológicos se han adaptado para que las personas sordas puedan hacer su uso total y normal de los mismos, en la medida de lo posible.
- En la televisión, hay dos tipos de subtítulos para que las personas puedan seguir con normalidad una conversación, el primer tipo incluye solo los diálogos, y el segundo que es que más pueden aprovechar, incluye diálogos e información extra útil como los sonidos del entorno.
- El teléfono móvil cuenta con un servicio de mensajería de texto, que no afecta a la escucha de personas sordas y cuenta con las videollamadas, que permiten que una persona sorda se comunique mediante signos. Además, en algunos modelos se cuenta con un subtítulo para cuando éstas están viendo vídeos, ya sea en YouTube, Instagram, Facebook…
Las barreras de las personas mayores sordas
Las personas ancianas que sufren de sordera se enfrentan a muchas barreras en su vida cotidiana, como la falta de accesibilidad a servicios públicos: como la salud, la educación o la cultura, debido a que normalmente no cuentan con interpretes con los que puedan comunicarse.
LAS personas mayores se sienten aisladas, incomprendidas o rechazadas por la sociedad que no respeta su diversidad lingüística y cultural.
Estas barreras dificultan el ejercicio de los derechos humanos de las personas ancianas sordas y afectan a su calidad de vida. Por eso, es necesario promover medidas que garanticen su inclusión social y su autonomía personal, respetando su identidad y su dignidad.
También es recomendable optar por una residencia de ancianos que cuente con personal interprete de la lengua de signos, para una mejor calidad de vida en un entorno mucho más cuidado y adaptado a sus necesidades.
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