viernes, abril 26, 2024
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PROFESIONES PERDIDAS EN EL TIEMPO

Cada uno tuvo su reconocimiento social, aunque muchas de las profesiones que han poblado nuestras calles estén olvidadas, inexistentes o arrinconadas en testimonios del pasado. Sus historias, sin embargo, son aún recordadas.

Había una canción con el estribillo “A las diez se cierran los portales y el sereno se queda en la calle”. Se le llamaba a voces ¡Sereno! y en el silencio de la noche nos respondía ¡ya voy!. Cuando tardaba en venir se le reclamaba con palmas. En su gran mayoría procedían de Asturias.

Su labor era una de las más importantes para la seguridad y tranquilidad de los vecinos. Se encargaba de vigilar las calles, encender las farolas e incluso acompañar a los más rezagados hasta sus casas y abrirles la puerta, ya que portaba las llaves de todos los portales. Su figura daba a los vecinos una gran seguridad, pero la llegada de los porteros automáticos acabó con su profesión.

Antes de que llegase la noche y el sereno comenzase su jornada, los hombres podían acicalarse en el local del barbero. El barbero se encargaba de afeitar a los hombres, cortarles el pelo, pero también se ocupaba de la boca de los clientes. En tiempos en los que el dentista no existía el barbero se encargaba de la dentadura y si era necesario también ejercía como médico. La barbería no era sólo un lugar de paso para el cabello, sino que constituía un punto de reunión social. La aparición de médicos y dentistas profesionales redujo el trabajo del barbero a la barba y el pelo de los clientes.

OFICIOS DEL CAMPO

Un buen aliado de los antiguos campesinos fue el topero. Se encargaba de limpiar el campo de los temidos topos. Su labor consistía en revisar el campo con una zanja hasta localizar la topera y cazar al animal. También para el campo fue muy importante el nivelador. Su trabajo consistía en conseguir que las tierras agrícolas estuviesen niveladas. Con una maquinaria artesanal que utilizaba el método de vasos comunicantes para saber el estado de la finca. En caso de desnivel se encargaba de mover la tierra de un lado a otro. El rayo laser supuso la desaparición de este sistema rústico. Uno de los sonidos más identificables en el medio rural era el de una campana. El campanero fue durante siglos el encargado de hacer tocar las campanas. Se trata de un oficio de origen medieval, que necesitaba a varias personas para hacer mover las campanas. Los campaneros existían en todas las iglesias y además de hacerlas sonar se encargaban de revisar su estado.

Una profesión artesanal dura y emblemática era la del herrero. El herrero tenía por oficio elaborar objetos de todo tipo con metal. Su forja, yunque y martillo daban lugar a armas, esculturas, herraduras de los caballos, y un sinfín de objetos más. Durante muchos siglos fue imprescindible, pero en el siglo XVIII la revolución industrial fue minando el trabajo de estos artesanos.

El sillero, una combinación entre el carpintero y el cestero, también ha caído en el olvido con el paso del tiempo. Las sillas en las que hoy nos sentamos nada tienen que ver con las que usaban nuestros antepasados. Sus manos, el berbiquí y la gubia enderezaban los palos de madera y las ramas de pino daban lugar a las sillas más resistentes y laboriosas. Este oficio estaba muy ligado al seno familiar, el aprendizaje pasaba de padres a hijos. Aunque la artesanía en muebles sigue existiendo, el oficio se perdió en el tiempo al igual que el espartero, encargado de tejer el esparto que serviría de envase para la agricultura y el hogar.

OFICIOS CON HISTORIA…

  • ALARIFE. Con conocimientos de arquitectura, proyecta y dirige edificaciones civiles, religiosas y militares. Cercanos a su actividad están los albañiles mayores, los carpinteros, los ornamentadores, los aparejadores y los canteros.
  • APARCERO. Oficio agrícola por medio de convenio con el propietario de la hacienda. Surge en el Valle del Cauca a finales del siglo XVIII.
  • BUHONERO. Vendedor de mercancías en las calles o en el mercado.
  • CANILLERO. Oficio relacionado con el tejido: enrolla en la canilla el hilo de la trama.
  • CHINA. Niña del servicio encargada de los mandados en una casa.
  • LOCERO. Fabrica vasijas para la comida y bebida.
  • ORIBE. El que trabaja el oro.
  • TARACERO. El que incrusta concha nácar, carey y marfil en muebles, marcos, arquillas y altares.
  • TORRETERO. Labrador a cargo de una granja.
Redacción Revista Ballesol
Redacción Revista Ballesol
Equipo de redacción de la Revista Ballesol
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